Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 9 de mayo de 2008

Ser blogero

Un día, descubrí que la gente, en algo que llamaba blog, escribía de los más variados temas. Ya había intentado con anterioridad crear un blog, el cual murió por falta de uso y de ideas para hacerlo sobrevivir.

Pero esta vez fue diferente. Lo intenté en Terra y no solo eso, lo alimenté. Para ello fuí recordando episodios de mi niñez y juventud, plasmándolos en el blog conforme fluían de mi memoria y los escribía en una cuartilla. Alguna vez los llamé "historias para no dormir"; literalmente. En los momentos más álgidos de dominio del sueño, esto me mantiene despierto. Tengo sobreproducción de manuscritos, que la pereza me impide transcribir. Todo llegará.

También creé, el blog, con la intención de trasladar a un CD lo escrito y guardarlo.

En el transcurso del tiempo, Terra se convirtió más en un problema que en un vehículo. Mucha gente, así lo escribían, abandonaron la web. Por mi parte, cree un nuevo blog en la comunidad de El País. Pero como todo medio masivo, también los inconvenientes lo son. No existe la posibilidad de controlar el acceso de los comentarios y los más activos, son los extremistas. En las pasadas elecciones, saturaban. Y eso, harta.

Hay gente muy buena escribiendo y fabulando. Y eso me llevó a darme cuenta de que yo estaba contando mi vida; era, otra cosa. Soy un aficionado "näif". Poco a poco, me hizo sentirme incómodo a pesar de los lectores y los ánimos de quienes me visitaban. El día de las pasadas elecciones por la noche -catarsis lo titulé- eliminé del blog todas las entradas personales del mismo. Ahora, lo visito desde otro vértice; nada demasiado personal o inherente a mi vida. Aunque a través de las opiniones, también se vayan quedando retazos de ella.

Como contramedida al posible borrado involuntario o por el servidor del blog, he creado otro blog en google. En el guardo, duplicado con Terra, los post. Incluidos los que no edito en La Comunidad. Otros, como este, sí que se leerán en ella.

Terra, ya no es lo que era. La gente se ha debido de hartar porque los comentarios y las visitas, han disminuido notablemente. Pero yo, sigo. Inasequible al desaliento a pesar de mis titubeos y mis dudas.