Sin duda alguna, tenemos mala suerte en Aragón con los políticos que nos toca sufrir. No importa el colorín con que se vistan. Es denigrante para el pueblo comprobar su pusilanimidad, incapacidad para hacer las cosas con un mínimo de eficiencia, y su tendencia al embuste y al engaño sin el más mínimo atisbo de verguenza.
No puedo asumir sin que el ánimo se me enerve, el gasto inútil que con nuestros impuestos llevamos asumido a costa de un maldito estadio de fútbol de una maldita empresa privada. Si fueran sus dineros, de la empresa o de los políticos, nada que objetar. Cada uno se arruina como le dá la gana.
No contentos con eso, vuelven a las andadas y con la empresa en segunda división, siguen erre que erre dilapidando presupuestos en estudios, contrucciones y pelotazos. Malditos sean.
El otro tema que ha dejado con el culo aire a esa caterva de ineptos, y en especial al que se dice presidente de Aragón (para nuestra desgracia), es el trasvase del Ebro a Barcelona. Cuando se debió haber opuesto, guardó silencio. Ahora, cuando ha comprobado que se la metieron cruzada, apela a juicios y demandas, ¿O es una pose?. ¿Acaso no sabe que un maldito juicio contencioso-administrativo tarda una eternidad en ser visto para sentencia? ¿Para cuándo la ídem sobre La Romareda? ¿Tendrá agallas el juez que paralizó la remodelación para decir que aquello no estaba tan mal como otros políticos de infuasto recuerdo nos quisieron hacer creer?. Puede, pero cuando el nuevo estadio esté en marcha. Es cómplice.
Pues lo mismo con el agua. Una vez Montilla ha atrapado el hueso, jamás lo soltará. Y el gobierno central, tampoco. Zapatero es otro embustero. Burlarán la ley, la retorcerán, la vulnerarán, pero la tubería, la construirán con los impuestos de todos los españoles que para eso nos hacen el favor de seguir con nosotros sin independizarse. Y los otros inútiles, los peperos, seguirán debatiéndose en el lodazal de su incapacidad, porque a sus correligionarios del levante les interesa que el trasvase salga adelante para poder reclamar ellos el agua que haga progresar sus pelotazos urbanísticos. No importa que la suya la vendan para embotellar.
INEPTOS.