Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 2 de junio de 2008

Muñeca rusa




Así me siento hoy. Yo soy la de fuera, la que se queda sin protección.

Se me junta todo. Mis propios problemas físicos que me temo que afectan a mi equilibrio temperamental; los problemas de mi mujer, tanto físicos como síquicos que nos están llevando al borde de la ruptura. Su absoluta negatividad junto a los contínuos lamentos y quejas por todo, han hecho mella en mi ánimo y ya no se si es ella la que me arrastra o yo me muevo por iniciativa propia y comparto esa negatividad.

La noche trabajada, acrecienta la negrura de mis pensamientos, sentimientos y angustias.

Por último, la situación por la que atraviesa mi hija. Unidos a ese trauma y drama, surgen las preguntas del porqué ha ocurrido. Y me temo, nos tememos, que en buena parte haya sido suya la causa de la ruptura. Pero aún así, sigue siendo mi hija y en algo habré, habremos, fallado.

Pero a mí ¿quién me güarece? ¿a quién pido ayuda?. Que negro lo veo todo...y sin salida.