
Así me siento hoy. Yo soy la de fuera, la que se queda sin protección.
Se me junta todo. Mis propios problemas físicos que me temo que afectan a mi equilibrio temperamental; los problemas de mi mujer, tanto físicos como síquicos que nos están llevando al borde de la ruptura. Su absoluta negatividad junto a los contínuos lamentos y quejas por todo, han hecho mella en mi ánimo y ya no se si es ella la que me arrastra o yo me muevo por iniciativa propia y comparto esa negatividad.
La noche trabajada, acrecienta la negrura de mis pensamientos, sentimientos y angustias.
Por último, la situación por la que atraviesa mi hija. Unidos a ese trauma y drama, surgen las preguntas del porqué ha ocurrido. Y me temo, nos tememos, que en buena parte haya sido suya la causa de la ruptura. Pero aún así, sigue siendo mi hija y en algo habré, habremos, fallado.
Pero a mí ¿quién me güarece? ¿a quién pido ayuda?. Que negro lo veo todo...y sin salida.