Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Recordatorio al Sr. Bono

Sr. Presidente:

Al anterior Presidente, Sr. Marín, le envié el correo adjunto. Hoy, cuando usted vuelve a las cabeceras de los medios debido a su sugerencia de congelar los sueldos de los diputados, no de rebajarlos o de eliminar gabelas, aquel escrito sigue vigente y me da pie a enviárselo y hacerle saber mi disconformidad.

domingo 30 de septiembre de 2007
Sus-pensiones y otras gabelas
Sr. Presidente del Congreso.

Con el mayor respeto y no menor energía; como ciudadano que paga sus impuestos así como trabajador asalariado, siento verdadera vergüenza e indignación ante la conducta que ustedes los políticos, y más concretamente los diputados, vienen observando.

Legislan medidas restrictivas para los ciudadanos, en tanto su manga ancha y ley del embudo hacen de esa casa un ejemplo a no seguir, y que por desgracia se propaga a todos los reinos de taifas del estado.

Yo, trabajador por cuenta ajena, llevo años perdiendo poder adquisitivo en mi sueldo. Gracias a otro político de su cuerda, el año que viene solo cobraré un 1% del IPC que designe su gobierno. Y no me arrogo representación alguna si digo que somos millones quienes nos encontramos en esa circunstancia.

Es indecente el aumento de sueldo que se han adjudicado. Y son sangrantes los ejemplos que ustedes los políticos nos brindan -todos los políticos cuando tocan a subirse el sueldo, abandonan las barricadas-. En mi ciudad, Zaragoza, lo primero que hizo la nueva corporación, por unanimidad, fue subirse el sueldo un 6 ó 7 % porque habían perdido poder adquisitivo. Y a nosotros ¿quién nos lo compensa?

Pero más indecente aún es la indemnización que se regalan si los electores les mandan donde se merecen. Por no hablar de los fondos de pensiones que según la prensa también llevan entre manos. Mi empresa despidió a más de 400 trabajadores de 60 años ó más. 2 años al paro -el INEM o como ahora lo llamen aún tuvo la desfachatez de ofrecer a alguno un contrato basura- y después a perder más de un 6% por cada año de jubilación anticipada "voluntaria". Ahora, mi empresa, está intentando, y lo lograrán, desembarazarse de otros 227 trabajadores más. Solo gentes como el Sr. vicepresidente del gobierno, aguanta y supera los 65 años "trabajando"; a mi lado, aguantaría una semana.

En tanto ustedes, en un ejercicio de cinismo que sonroja, se permiten adjudicarse una indemnización y una pensión sin tener en cuenta los años cotizados ni las condiciones draconianas impuestas a los demás. Así, se dio el caso de que cuando, hace unos años, un diputado batasuno se jubiló, en un ejercicio de hipocresía y caradura, los mismos que se habían autoconcedido esa jubilación a todas luces inmerecida para ellos, alborotaron el gallinero por la percepción de la pensión máxima de la SS del sujeto.

Los políticos, son voluntarios, nadie les obliga; en tanto el trabajador tiene, obligatoriamente, que salir de su casa a ganarse un jornal a veces miserable e impuesto por ustedes, para sustentar a su familia. Y no cometa el sacrilegio de considerarse un trabajador. Nadie que sea tal, tiene la posibilidad de autoadjudicarse el sueldo que va a percibir.

Por último, si todo el dinero que los políticos despilfarran, sueldos incluidos, revirtiera a la sociedad que los sufraga, no necesitaríamos pagar tantos impuestos y gozaríamos de más y mejores servicios. No se extrañe de la cada vez mayor desafección de los ciudadanos hacia todos ustedes. Se la merecen.

Zaragoza, 04.09.08