Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 27 de noviembre de 2008

If he can, can I ?

Mister Gonzáles, expresidente del gobierno, según el cotilleo audiovisual ha tenido a bien -aunque digo yo que la otra parte contratante de la segunda parte también habrá puesto algo de la suya- ha tenido a bien, decía, de amancebarse, arrejuntarse, liarse, con una señora de buen ver y bastante más joven que él.

Después de 38 años de matrimonio, menos de vida en común que eso es harina de otro costal, han decidido ambas partes del consorcio, tomar las de Villadiego y si te he visto no me acuerdo, hasta luego Lucas y aquí paz y después gloria.

Hombre, con tantos años de aguantarse mutuamente, está bien que se tomen unas vacaciones, exploren nuevos horizontes y se dediquen a la caza del búfalo o la avutarda. Que lo hagan jóvenes después de 5 años o menos, manda cojones.

El caso es que yo estaba sopesando la posibilidad de, emulando al presidente electo de los yunait esteits: If he can, can I ?. Y se me escurren algunos inconvenientes. El primero, la reacción de mi santa. El campo lleno de cardos, auque no le preocupa. Siempre me podría bajar a por tabaco y tomar el tranvía de la malvarrosa o perderme por las ramblas.

El segundo sería la prevención y la pereza que me causa empezar de nuevo algo. Yo, que cuando veo a algún reincidente contumaz lo más suave que le dedico es gilipollas, vería recaer sobre mí mis epítetos laudatorios. (Cuando veo una mujer por la calle, y hago alguna comparativa, pienso en el día después y no, no me veo).

Y en tercer lugar y más importante: ¿iba a poder engañar a alguna mujer que me conociera?; dicho de otra manera ¿quién se atrevería a cargar con un viejo chocho, impertinente y gruñón?. Haría falta estar pelín loca pero no de amor, pues no me siento capaz de levantar pasiones ni ganas que tengo. Lo más que podría hacer, es invitarla a pescar o dar una vuelta en la golondrina.

Así que, mejor lo dejo para otro rato. I can`t.