Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 21 de diciembre de 2008

El Obispo

In illo témpore, vino en visita pastoral y de confirmación, que es como la llaman, el obispo de la diócesis de Teruel-Albarracín a mi pueblo. Hicieron a la entrada un arco con yedra y flores. Sería primavera.. Desde la torre de la iglesia vigilaban para que, en cuanto divisaran al coche, comenzar a bandear las campanas. Estuve en el campanario pero solo de miranda. Para mí, las campanas estaban aún muy verdes y tampoco buscaba estrellas perdidas.

En la ceremonia religiosa, nos confirmaron a todos los que por edad éramos susceptibles de recibir ese sacramento. No recuerdo nada de ella ¿quizá la fobetada?.

El maestro, don Felipe, nos había tenido a mí y a Joaquín -ese sería el orden llegado el caso de intervención-, aprendiendo una poesía que uno de los dos habría de recitarle en la despedida que le harían.

Pero llegado el momento, los dos gorriones no aparecían por ningún lado. A nosotros que nos importaba el obispo. Nos habíamos ido a la Roza, encima del Arcillero, a buscar nidos de pajarel en las estepas. Y mira que el maestro había aleccionado a ambos, por si acaso. Pues nos fuimos los dos. Alguien supo donde encontrarnos ya que vinieron dando grandes voces a por nosotros con la bronca consiguiente.

Cantaron jotas, y una de ellas, cantada por Victorino que era algo sacristán, decía:

La torre de Peracense

le dijo a la de Torrijo

pa ser más alta que tu

no necesito al obispo.

De donde se deduce que el fraile, era de Torrijo del Campo. Un pueblo de la ribera del Jiloca cercano a Calamocha. Desde la cima de san Ginés, se divisa todo el valle.

De la mentada poesía, solo recuerdo el final:

"Así pues santo prelado

así pues señor obispo,

donde quiera que vayáis

acordaros de estos hijos".

Hube suerte, no fallé ni me encasquillé. Por algo era el number one.

Cuando acabé, me dijo que le diera un beso. Y se lo dí en la mejilla. Luego he pensado sino debí dárselo en el anillo??. Se llamaba el prelado, fray León Villuendas Polo. Obispo de Teruel.

Por cierto que el maestro, nos confirmaba a diario, o casi.