Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 23 de enero de 2009

No es posible.....

Anoche,te estuve esperando lleno de ansiedad a que vinieras a hacerme compañía.

Rendido acabé al fin en brazos de Morfeo. Mi sueño, no era profundo por lo que al tiempo desperté sobresaltado. Alguien me había bajado el pijama y con suavidad, estaba besando la punta de mi erecto pene. Quise decir algo y encender la luz; pero una mano me tapó la boca y otra me impidió dar la luz. Comprendí, que mi visita, deseaba permanecer a oscuras. Así que me dejé hacer.

Continuó besando y lamiendo de arriba abajo al tiempo que de vez en cuando introducía mis testículos en su boca como si quisiera sacarles su contenido de esa forma. Poco a poco me fue penetrando en su boca hasta que me sentí todo dentro de ella. No se cuantos cielos habrá, pero sin duda yo estaba llegando al último.

Yo me había apoderado de sus pechos, los acariciaba y apretujaba al ritmo del placer que me producía su boca. Se apartó de mi arma y se sentó sobre mí cabalgándome. Rozó su sexo con el mío en un movimiento suave y así percibí que su piel rozaba sobre mis abundantes rizos. En uno de sus movimientos, hizo que la penetración fuera total. Sus movimientos, me estaban volviendo loco y dilatando y agrandando mi power que llenaba por completo su gazapera.

Se salió y dejó junto a mi boca aquella fruta jugosa para que la saboreara. Le puse las manos por detrás y la apreté contra mí.Chupé, lamí, comí y sorbí todo cuanto pude. Con mi lengua ataqué su clítoris haciendo que su espalda se arqueara de placer. Sus gemidos y respiración entrecortada aún me excitaron más. Llené cuanto pude mi boca de aquel chochito jugoso y lampiño.

Se dió la vuelta y nuestras bocas buscaron con avidez una presa. Se introdujo de nuevo mi pene en su boca y yo metí mi cabeza entre sus muslos. Noté que venía el final y mordí sus labios y con frenesí ataqué su clítoris. Ambos alcanzamos el éxtasis a la vez. Pasados unos segundos, acercó su boca a la mía y me besó. Me dijo: "toma cariño, te lo prometí"

Rendidos y felices, nos dormimos abrazados. Pero esta mañana, mi decepción ha sido total. No he podido contener la humedad de mis ojos. Solo quedaba mi pijama empapado.