Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 6 de marzo de 2009

Mañana movida


No es que haya tenido nada de especial. He salido de casa con el espíritu relajado, como siempre, después de hablar con mi amada esposa. En la frutería, he comprado las fresas al mismo precio que anteayer, rechazadas por ese mismo motivo, pero ¡qué carajo! eran grandes y rojas como a mi me gustan. Como aquellas que robamos. He compartido una enorme y roja tirando a negra con mi amor ¿te ha gustado?. Al final, ocurrió lo que debía........

A la vuelta a casa, encuentro el nido vacío. Te llamo y no me respondes. Me voy a la tienda de informática a preguntar sobre las memorias RAM. He de ampliar los megas de capacidad de la misma porque el ordenata se me duerme. (A mi, me pasa lo mismo). RRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR y yo esperando.

Me voy paseando al carrefur. Estando ya en su posición y acera, de pronto no veo y veo a un fulano que mira a la avenida y la cruza corriendo como alma que lleva el diablo. Y sigue corriendo de culo al hiper. Una interrogación se abre en mi mente, sin respuesta. Esta se produce instantes después al ver aparecer a tres vigilantes de seguridad frente a mi.

Rápidamente comprendo y llamo su atención. No se enteran; al fin uno de ellos se fija en mí y corriendo se acerca. Es un hombre y tal y tal y se ha largado corriendo por esa calle. El ladrón, paqué le vamos a llamar con eufemismos, ha abierto una de las puertas de emergencia y se ha pirado por allí sin pasar por caja. Dicen que quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón; pero tampoco es eso. Podría ser un tironero o algo peor. No se cual habrá sido el desenlace.

En Junio, se producirá el apagón analógico televisivo en la Tierra Noble, como la llama mi admirado Trasobares. Por tal motivo, me voy, ya en el hiper, a ojear los aparatos en exposición. Como mi santa me ha dicho que iría a comprar alguna cosa, la llamo a ver si está. Sigue en casa y la espero que venga para decidir cual compramos. Una pequeña para la cocina y la que hay, con un TDT adjunto, para jubilar al monitor del vieeeeeeeeeeeeejo ordenata reconvertido en tele.

Cuando llega, viene toda llorosa. "Le ha faltado un paso para no haber muerto". Koño, la bruja. Pero no. "Casi te atropellan". "No, un toldo me ha caído a los pies y me ha dado un susto de muerte". Joer, y a ver quien no se lo lleva si le cae del cielo un mamotreto de esos. Si le acierta, a estas horas era viudo. A la vuelta, me enseña el cuerpo del delito. No se de donde coño ha podido salir. En las terrazas de los edificios, las lonas, son diferente.

Eso sí, la barra de aluminio desprendida junto con las lonas, si le da a una persona en la cabeza, la mata. Ostia, no se si posponer para mañana la compra del aparato y me quedo en casa el resto de la tarde; con esos precedentes......