Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

martes, 31 de marzo de 2009

He cambiado una estrella por un lucero



La Visa


Estos días, la Visa anda a trancas y barrancas. Bueno, para reconocer la verdad, en números rojos. Así que me ha dado algún que otro disgusto a la hora de pasar por caja en algún establecimiento comercial.

Ya me dejó "en pelotas" en el vivero donde, menos mal, llevaba una reserva para emergencias que ha desaparecido. Compré varias plantas para el jardín así como un cubo grande para trasplantar la palmera (que es posible que la haya palmado). Si es asi, convertiré al cubo en un pequeño jardín ambulante y múltiple.

Esto de la palmera tiene su historia. Arranqué y trasplante una espontánea, sin dueño, que vió mi hija. Pero no tomó. No obstante, yo veía palmeras por los escombros y desechos de jardines. Intuí que habían nacido de los dátiles allí arrojados, de forma natural. Y como soy muy tenaz, me dediqué a recoger pepitas de dátil caídas de las palmeras grandes del paseo y enrunarlas en una maceta. Y al fin conseguí que algunas pepitas germinaran.

La he ido cambiando de maceta conforme crecía. Ahora ya va siendo grande. Pero estos meses pasados, Enero, Febrero y Marzo, los vendavales han hecho estragos. Volcaron la maceta amorrándola contra el suelo y dejando al descubierto sus raíces. La sequía, ha hecho el resto. Ya tuve que podarle varias hojas maltrechas y con pinta de secas. Espero que las del cogollo, hayan resistido y se recupere. La considero hija mía, mi obra. Y me dolería se secara. Aún tengo otra, también producto de mi empeño, esta directamente en tierra en el jardín. Desconozco el motivo por el que le está costando tanto crecer pues tienen la misma "edad". Pero este año, sus hojas ya van tomando forma de palmera y parece ser que ha conseguido "echar los perros". Se quedará ahí para siempre.

Y volviendo a la Visa, la última me la gastó cuando fuí a pagar los neumáticos. ¿Que qué me paso con los neumáticos?. Pues una putada gorda. Al meter el coche al garage, observé como la rueda delantera derecha estaba por dentro rajada y los alambres de acero al aire. Desde fuera no se veía nada. Me acojoné y allí mismo monté la de repuesto. Pero el neumático es diferente, así que al otro día fuí al taller, Norauto. Pues la otra está igual. Joderrrrrrrrrrrrrrrrrr. Ya sabía que habría de cambiar las dos, no se puede montar una nueva y otra ya gastada.

Al ir a pagar, ni ostias. Pasó la tarjeta por tres "lectores" diferentes y ninguno quiso soltar la tela. ¿Y ahora qué hacemos? Aquellos, el coche no lo soltaban y yo sin el coche, no podía hacer nada ni ir a la oficina bancaria. Menos mal que había cajeros en el carrefur aledaño y uno me dió perras. ¿El "poblema"?, que la cartilla se había quedado en números rojos. Y es que hoy en día, no se puede uno fiar ni del banco. Por cobrar comisiones, son capaces de hacer cualquier cosa.

Y si llega a reventar una rueda cuando iba a 160 km/h por los llanos de Caspe.....podía haberme matado.