Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 23 de abril de 2009

23 de Abril


Mentalmente, llevo escritos varios post sobre este día. Y ¡qué casualidad!, en todos salen los políticos a revueltas y desde luego como merecen.

Esta mañana, volviendo de darme un minipaseo para, de paso, comprar el pan, hacía memoria de los hijos de su madre que han metido la gamba, la mano y la manga en los asuntos de esta pobre Tierra Noble. (Así la denomina mi admirado Trasobares, aunque disiento de él y no porque la tierra no sea noble. Más correcto sería llamarla el Tonto Aragón).

Ayer mencionaba mi santa si no había manifestaciones por el día de Aragón. Mi respuesta fue que solo las había cuando a los políticos les interesa. En los años siguientes a la bajada a los infiernos del responsable máximo de las muertes de tanta víctima inocente, la mala conciencia de muchos y las ambiciones de poder de no menos, "nos dotamos" de un régimen al que denominan democracia, la cual no he visto por parte alguna. Excepción hecha de que ahora no son los grises quienes te ostian llegado el caso, pues visten de otros colores; y que cada cuatro años, nos tapan los ojos y la boca para seguir haciendo lo que les pasa por los cojones y despilfarrar con total impunidad nuestros impuestos. Hoy me he liao con la renta y estoy que muerdo. A mí que me lo expliquen.

Hemos tenido y seguimos manteniendo, a una pléyade de sinvergüenzas que han hecho su oficio el vivir a costa de los contribuyentes. De infausto recuerdo quienes se opusieron a que Aragón accediera a la autonosuya, ahora esos mismos miserables son agasajados y no solo eso: uno de ellos es vicepresidente del gobierno de Aragón y otro fue presidente. Y muchos más.

En años pasados, cuando el "aquí estamos, úsenos señor ansar" dicho por el entonces presidente del Tonto Aragón, esos, nos vendían al Levante, sin importarles los valles anegados del Pirineo ni sus gentes, cuando los de allí, se negaban en redondo a usar los suyos y almacenar las aguas presuntamente sobrantes del Ebro. Pero los otros, que también pretendieron hacer lo mismo -y el año pasado por decreto/ley aunque les salió el tiro por la culata- solo han usado el trasvase para joder la marrana.

Hoy, para que mi globo tomara oxígeno, veo en las noticias que Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba por IU ha huido y abandona la alcaldía en busca de mejores posiciones futuras a la sombra de achilipú chavez. Pues no, yo no respeto tu decisión y mucho menos a tí. Gente sin moral, honor ni principios, o sí, de los cuales han habido muchos en esa formación y que con posterioridad la han abandonado en busca de intereses espurios personales. En toda España. Solo logran unos y otros que el ciudadano, que no el borrego, se harte y sienta náuseas ante tanta molicie y corruptela.

La guinda, la ha puesto la noticia de que los europarlamentarios italianos -¿y los españoles?- cobrarán 36.000 euros MENSUALES. ¿A cuántos mileuristas, pensionistas y pobres de solemnidad necesitamos para que alcancen ese salario anual entre todos?. Y MAFO dando la barrila con las pensiones; pero toda esa caterva de funcionarios sedicentes y millonarios no se lo aplican a sí mismos. Esto tiene que reventar. A ver si de una puta vez los ciudadanos se hartan y toman la Bastilla de nuevo. Mientras tanto, ajo y agua.

Por cierto, estoy hasta los huevos de que las tvs nacionales saquen hasta en la sopa a san Jorge y la dichosa rosita y se olviden de Aragón y Castilla León. Que se jodan, por inútiles. Aquí solo cuentan los tiros y las bombas, a los demás: ¡que les den!

De matracas y carraclas

foto: Gonzalo Bujeda. Procesión del encuentro, final de la Calleja de los Huertos, cruzando la rambla.


Años 50

En aquellos oscuros años, y no lo digo con segundas sino por lo oscuras que estaban las calles por la noche, la llegada de la semana santa suponía ¡por fin! acabar con el periodo restrictivo y de profunda recesión en el ámbito festivo. Amás amás, de la coña del ayuno y la abstinencia, (se me ocurren pensamientos impuros, je je), estaban prohibidas cualesquiera manifestaciones festivas y pecaminosas como el baile, echar la rolda a las tantas de la noche, etc, etc.

Un domingo, para festejar a un soldado de permiso, a aquellos mozos insensatos y con ganas de marcha se les ocurrió hacer baile. Llegó el cura cual Cristo en el templo, pegando gritos y se armó el belén. La gente huyendo para que no la pescara..... Como cantaría el Abuelo, así crecimos.

El cura, mosén Amable, era un poco estrafalario y estrambótico. Iba al pueblo vecino en una bici sin frenos ni guardabarros, como Cantinflas. Frenaba con el pie. Algún revolcón, sin consecuencias, se llevó al intentar subir en marcha al tren minero a su paso por el pueblo. Y era sargento, de esos militares, lo que hacía aumentar el temor de los soldados.

Pues eso. Tras el ambiente preparatorio de los viernes, -tengo vagos recuerdos de mozas y mozos echándose harina por martes de carnaval-, con vía crucis incluido y al que era obligatorio acudir, venía el Domingo de Ramos. El sacristán, tío Felipe, había preparado ramos de chaparro a modo de palmas. (Los zagales comparábamos cada ramo a ver cual era el mayor y más gallardo). El día de Jueves Santo, era fiesta a partir de las tres de la tarde. Y para los obreros, recuperable. ¡Ah! se me olvidaba, era obligatorio cumplir con parroquia. ¡Y ay de aquél que no lo hiciera!

En la ceremonia de la tarde, misa diferente, se moría Dios. Altares e imágenes cubiertas con velos morados o negros. Y las campanas, también se morían. Previamente se había montado un monumento a modo de sepulcro dentro de la iglesia, en el cual el cura depositaba el cáliz con las Hostias correspondientes. Signo del enterramiento de Jesús. Por la noche, y en riguroso turno, a velar el sepulcro todo quisqui mayor de edad. Hasta la misa del día siguiente.

Un año, bastante después, nos quedamos toda la tropa de jovenzanos a velar el monumento. Liberamos a los mayores de la obligación de la vigilia, pero de no haber tenido mejores cosas que hacer, Cristo, hubiera venido a echarnos a patadas de la iglesia. La timba que montamos en la sacristía nada tuvo que ver con el recogimiento que se presuponía en esas circunstancias. Y alguno subió a pillar palomas.



El viernes, habia de todo: completas, vía crucis -aún veo a la tía Tomasa que se lo sabía de memoria- y no se cuantas cosas más. Y como las campanas seguían "insonoras y moridas", había que darle la vuelta al pueblo con carraclas y matracas para avisar al personal de los servicios religiosos. Las matracas, era realmente difícil tocarlas: una, porque de antemano estaban adjudicadas; otra, debido a su peso y tamaño no todo el mundo podía hacerlo.

El sábado, día de trámite. A por agua bendita a la iglesia y el cura, a recoger los huevos y bendecir las casas de paso. (De esos huevos, salió la lifara que se montaron las mozas y que nosotros acabamos merendándonos). A la noche, las campanas "resucitaban" bandeadas por los mozos ansiosos de que acabara el luto.

Al salir el sol, salía la procesión del encuentro de Jesús con su Madre. Este se reliza siempre en la puerta de la abuela de la Estrella, la tía Lucía. Una vez acabada la misa, todo volvía a la normalidad. Los mozos, al frontón a jugar un partido de pelota y a esperar a la tarde, pues el ayuno y la abstinencia habían tocado a su fin. O al lavadero, que caía al otro lado.