
Los (tilos) castaños de indias, llenos de flor..........y de abejorros

Vista de la torre e iglesia y el pueblo

El río Jiloca y la vía, muerta, del tren.

Avestruces, al fondo, fue criadero

Así han quedado las viñas. Leña para la estufa

Los tomillos, plenos de flor y olor

Las aliagas, dan color al paisaje

En el centro, con foto expandida, se ve una perdiz

La primavera desborda los campos y lomas en este mayo florido. Que sin embargo, no será como el anterior. Los cerezos se han helado y no habrá cerezas para los tordos, los chorizos y, si alguna quedara, para los dueños. Pero aún hay algo peor. El pedrisco eterno para las viñas. Por no se qué razones burocráticas, están primando el arranque de las viñas. Y todo se suma.
Al secular maltrato sufrido por el campo y a la desesperanza que conlleva, se han unido el envejecimiento de la población -en su mayoría pensionistas- y el mal funcionamiento de la cooperativa del vino. En lugar de proveerles de recursos, los fagocita en su beneficio. Hasta acarrear su destrucción.
Un pueblo que ha vivido de la vid, este año puede que sea el último en vendimiar tal y como se venía haciendo desde tiempos remotos. Se han acogido a las primas por el arranque de cepas y no van a tener vino ni para beber. Antes se veía toda la Plana y la planicie, verde de las miles de hectáreas de viñas. Ahora, solo tierra parda yerma. Antes una vega feraz y cultivada. Ahora, lo mas arboledas de chopos. Y es que falta lo principal: la sabia joven que hace a los pueblos salir adelante. Y este, como todos, no podía ser una excepción.
Resaltar una condición del vino de estas tierras: obtiene un alto grado y color, el que más del entorno. Las grandes bodegas de Rioja, Penedés y Cariñena se han estado llevando camiones de uva y/o vino para mejorar sus caldos. Sí, esos que luego nos venden como originales y grandes reservas. Y las bodegas del Somontano de Huesca, los derechos para plantar cepas: las que aquí han sido y son arrancadas.