
En el pueblo, en el corral, las calinroyas han construido su nido. Justo en el espacio que hay entre el apoyo de dos vigas y la viga madre. Tienen cuatro pajarillos que alimentar. En todo el día descansan las dos avecillas. Y los polluelos, parece que han nacido con hambre atrasada pues todo el día permanecen con la boca abierta de par en par; en este caso, el pico.
Una de las cosas que me ha llamado la atención, observándolos sentado en la hamaca con la cámara dispuesta para pillarlos alimentando a las crías, ha sido lo pulcros que son. El pajarillo, alimenta y en vez de retirarse del nido, no siempre claro está, se queda allí y uno de los pollos se ve que se pone con el culo hacia fuera y suelta su cagada. El alimentador ocasional, la coge con el pico, no más el pollo ha acabado de soltarla, y se la lleva fuera. De este modo, la casa permanece limpia. Nunca lo había visto por lo que me llamó poderosamente la atención. Las cardelinas, no lo hacen pues sus nidos aparecen llenos de excrementos por los bordes cuando los pollos han abandonado el nido.
Es época de eclosión de crías de todas la aves que por el pueblo pululan. Gorriones, tordos, calinroyas, chillandras...... De estas últimas, tambien hay otro nido en el umbral de la puerta de entrada al corral. Este no se ve, pero se ve a los pájaros entrar entre dos vigas del mismo. A todos se les ve con comida en el pico, en los alambres de la luz o en los tejados. Solo hay que sentarse y seguirlos con la mirada para saber donde tienen el nido.