Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 29 de junio de 2009

Rioja

Logroño


Colegio en el parque. Logroño



Berceo


Fachada principal del monasterio de san Millán (creo le llaman de Yuso y Suso)


Patio interno del monasterio. A la derecha, hospedería. No se ve, intencionadamente.



De Logroño, como decía, poco puedo contar pues, o no dí con cosas dignas de recuerdo, o estuve más perdido que un pato en un garage. Aun así, tuve tiempo de visitar, supuestamente, algo del centro de la city y comprar unas apuestas para el sorteo del Euromillones. Ni un puto número acerté y me gaste 10€.

Camino de santo Domingo ví el panel que anunciaba la distancia que había a san Millán de la Cogolla y Berceo. A partir de ese momento, estuve muy atento calculando los kms. que me quedaban para llegar a ese desvío. Cuando lo ví, y procurando no perderme, lo tomé y seguí. Distaba mucho de llegar al monasterio. El día estaba nublado y casi con niebla. Las montañas no se divisaron en ningún momento aunque no llegó a llover.

En el monasterio, como ya era hora de comer, no había nada abierto así que me limité a tomar unas fotos, ehar un vistazo a aquellas viejas piedras llenas de historia y volver grupas. No cabe duda de que aquello está orientado al turismo de pago, estudiosos de los libros que allí se guardan. Tanto el parador como los demás establecimientos, no están esperando a los romeros.

Por diferente sitio que a la venida, tomé rumbo a santo Domingo. En el trayecto, solo una cosa me llamó la atención: grandes fincas de patatares en flor como nunca había visto. Sin duda el terreno debe de poseer cualidades para ello. A quienes somos hijos de la tierra, estas cosas nos emocionan. Por fin dí vista a la llanura que alberga a santo Domingo y una cosa me llamó poderosamente la atención: La altura de la torre de la catedral sobresaliendo majestuosa sobre el resto de la población.