Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 5 de julio de 2009

Experiencia positiva

Andén de la estación

Me encontraba en el andén de la estación de Rüsselsheim esperando el tren que nos llevaría a Bochum cuando, con gran apuro, sentí necesidad imperiosa de ir al servicio.

Abandoné la maleta a su suerte. Tardé lo imprescindible, pero al volver, todos los viajeros habían desaparecido. El tren, lo supe sin verlo, había pasado, y yo, me había quedado en tierra.

Bueno, no solo yo. Mi maleta también se hallaba solitaria en el andén. Recién llegado a Alemania, no perdí la calma; subí al siguiente tren y me sobró tiempo para tomar el enlace a mi destino.

Entrada a la fábrica Opel