Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

martes, 14 de julio de 2009

Pobrecicas....

Esta mañana, por necesidades del guión, he tenido que ir al Pryca a devolver unas chancletas que le compré a mi santa y que, según ella, tenían la suela dura. Yo me compré otras, y me sientan fenomenal.

Bueno pues eran sobre las 11 y el sol ya cascaba de lo lindo. 40 grados hemos tenido hoy en la Inmortal Ciudad. Y me ha llamado la atención una cosa: a la sombra de unos castaños (o moreras, no recuerdo) estaban colocadas las mesas de una cafetería adyacente y estas estaban ocupadas, todas y solo, por señoras, o señoritas, quien sabe.

La verdad es que me he compadecido de ellas. Es necesario un gran esfuerzo para soportar tan ingrato rol en la vida. Minusvaloramos a menudo lo sacrificado que es estar a las 11 de la mañana sentad@ a la sombra en una mesa cafetera cuando, posiblemente, al mismo tiempo se tiene a la rumana o ecuatoriana limpiando la casa o al bandarra del marido, si es que lo hay, trabajando.

Un alto en la ajetreada mañana para tomar un cafelito y charrar con las amigas del desarrollo y progreso del fitness en el pabellón municipal; lo duro que se hace el spining al ritmo endiablado que marca el cachas del monitor; o pasar por el cocedero de mariscos en un afán de doblegar las agujetas producidas en el gimnasio de al lado, bien merecerían un mayor reconocimiento y hasta quizá una ayuda que lleve los niños al colegio y eche una mano a la rumana. Aunque para eso, siempre habrá alguien dispuesto.

La Carrasca de los Tocones


Ante la imposibilidad de traer una foto de la carrasca con los tres brazos, dejo un enlace a un sitio que resulta muy interesante por las cosas que cuenta y enseña sobre varios asuntos relacionados con el entorno y el pueblo. Por si algún visitante siente curiosidad por ello.


http://www.xiloca.com/data/Bases%20datos/Xiloca/973.pdf

PD.- Gracias por hacerlo para mí. Toma lo que quieras.