Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 26 de julio de 2009

Malayerba

Leyendo un post en La Comunidad, me ha venido a la memoria la tragedia ocurrida hace unos años en una familia rapitenca. Pero este recuerdo no lo motiva el desastre sino la mansión donde habitaban

Es un inmenso chalet del que poco se divisa desde fuera respecto de los edificios. El jardín, inmenso y bien cuidado con plantas exóticas. Ha sido mi vecino, que si lo ha visitado, quien me contó las excelencias que allí hay o había mientras vivieron sus dueños. Eso no signifia que ahora está deshabitado, no. Había herederos, vivirán esporádicamente, lo habrán vendido o alquilado.

La pared exterior, es toda de piedra caliza trabajada. Una millonada se gastó el dueño. Debe tener un gimnasio a toda pastilla con sauna etc. y sala de billares.

Según Ben, las aseguradoras españolas no se atrevieron con la póliza. Mas de mil MM de ptas. El dueño, alemán, pero con alguna empresa aquí, tuvo que asegurarlo en su país. Una casa de ensueño. Yo, al ver coches de matrícula extranjera, malicié si no serían mafiosos camuflados. Mi vecino, me sacó de la duda contándome a qué se dedicaba.

Y ahora la tragedia. El hombre se casó en segundas nupcias. Tenían un hijo de una veintena de años. Se sopone que intentaría extorsionar al padre pidiéndole pasta que éste le negaría. Hipótesis. El jovenzano, mató a sus padres y luego los enterró en el jardín. Posteriormente, se suicidó.

Algún operario de la empresa, alarmado por la ausencia del dueño y que no se ponía al teléfono, avisó a la guardia civil. Entraron a la casa y descubrieron el macabro hecho. Está la casa, a 300/400 metros de la mía.