Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 17 de agosto de 2009

Joder con las niñas.....


He tenido estos días invitados derivados a cenar. Menos mal que me pillaron surtido de provisiones pues no eran esperados. Fritada de calabaza y sardinas en la barbacoa fueron los principales platos. Todo a mi cargo, of course.

Eran, son, una pareja que aportan una hija cada uno a la convivencia. A la hora de la cena, las nenas me cabrearon. Porque no se cortan un pelo en soltar lo que les pasa por la sesera sea o no conveniente o una impertinencia. Cuestión de educación o desmadre.

Una de ellas, un mico para la comida, despreció la fritada y no pude remediarlo, le espeté que en su casa que comía. La otra, un sangrimís, a un comentario mío de que se acabara con la comida de los platos, me dijo que los abarriera yo. Le contesté de mala uva y la santa me hizo lo de siempre, que significa: "cállate". "No me da la gana, a ver porqué tengo que callar ante estas deslenguadas".

Al día siguiente pasamos la moviola y criticamos a las niñas y a sus padres. No sin dejar de recibir un rapapolvo que ante el cariz que tomaban las cosas se deshizo. Y digo yo: Cuando servidor era un crío, ya nos guardaríamos siquiera de insinuar algo contra los mayores o alguna inconveniencia so pena de recibir una manta de ostias. Y ahora ¿también tengo que callarme ante los críos malcriados y peor educados?. Amos anda ¡a la mierda!.