Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Falsarius

No se si fue en la TV o en la radio la primera vez que tuve noticia de este individuo. Me picó la curiosidad y ví su receta culinaria. Trabaja con productos precocinados, enlatados, etc. Hace sus mezclas y se supone que dan resultado pues él sigue con sus programas en radio y TV.

Posteriormente, conseguí la dirección de su blog http://cocinaparaimpostores.blogspot.com/, y alguna vez me paso por allí para ver si hay alguna cosa interesante. Ayer lo hice y lo que me sugirió esa acción fue que yo en alguna ocasión ya he posteado alguna impostura y mi deseo era seguir esribiendo de vez en cuando alguna de las pócimas que empleo para alimentarme.

Sin embargo tengo algo en mi contra para poder hacerlo: carezco del sentido del gramo en este arte. Yo puedo dar pistas a iniciados que tienen sentido de las proporciones a emplear. Por ejemplo, si me pongo a hacer albóndigas, cosa que hacía el otro día el tío Arguiñano, no necesito saber cuantos gramos de cada cosa debo poner. Es más, cada vez las hago distintas pues empleo especias que, en teoría, no deben de llevar.

Un día de estos, quizá me anime y vuelva a escribir sobre alguno de los experimentos culinarios que perpetro. Los fines de semana suelo preparar para comer un arroz en cazuela con carnes. Costilla de cerdo y conejo mayormente junto con verduras. Me sale para chuparse los dedos, y es lo que yo digo, para cocinar, todo vale menos pasarse de sal, que eso no tiene remedio en la mayoria de los casos.