Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 7 de agosto de 2010

Historias para no dormir(me)

Cuando me planteé escribir en un blog, de ello hace más de un año, fundamentalmente lo hice con la ilusión de plasmar vivencias del pasado. Con la intención de dejarlo grabado y poder recuperar -lo escrito- siempre que quisiera. Pero pronto me dí cuenta de que no podía contar todo, por razones obvias. Habría cosas inconfesables y otras que no convendría divulgar por sus efectos perniciosos (para mí, por supuesto). Tampoco deseaba emitir opiniones que pueden surtir el efecto boomerang. Recopilar y guardar en un disco los post, aún no he encontrado la forma de hacerlo.

Así las cosas, me surgen momentos -largos- de falta de fe en la escritura, llegando a considerar si realmente merece la pena el esfuerzo de mantener el blog actualizado.

Estas dudas van parejas al uso de Internet. Antes, cuando comencé a navegar con las tarifa plana, machacaba horas de interneteo, chateo, foros, prensa, etc. Todo esto se ha reducido o ha desaparecido. No solo es que haya perdido el interés, también ha cambiado mucho todo. Chats. Se han masificado y engolfado y ya no me interesan. Los hombres, solo buscan sexo; las mujeres, van de caza y se cansan cuando ven que no hay nada que rascar; y les putes, lo invaden todo. (Mi lema ha sido siempre: no ver, no tocar). Los foros, que contar. Parecen el pozo de los deseos irrealizables.

En fin, espero que mi astenia sea pasajera. Porque digo yo que mi vida ya la conozco y si para los demás, cosa lógica por otra parte, carece de interés, no merece la pena gastar tiempo en historias del abuelo Cebolleta; que como buen cascarrabias, no todo lo que lee le gusta pero la prudencia o la cobardía le impiden expresarlo.

enviado jueves, 20 de diciembre de 2007 18:50 por WARRIORV

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