Leo el título del artículo que un colega ha escrito en su blog. Carraspeo. Y ello me incita e invita a escribir este que ya tenía en mente el hacerlo.
En mi época escolar, hubo una temporada que nos daban leche en polvo -ya líquida por supuesto- y queso enlatado. Ambas cosas eran regalo del amigo americano. La leche, no era como la que de vez en cuando bebíamos en casa. La leche de cabra, es buenísima y en aquellos tiempos, más que natural.
Pero el queso, era fabuloso o a mi eso me pareció. Bueno, pues resulta que el maestro, a quien ya me he referido en anteriores post, por la tarde, nos iba dando a los chavales un trozo a cada uno, el cual devorábamos sobre la marcha en el pupitre (mesa, como nosotros la llamábamos).
Un día, mientras estaba repartiendo la ración de queso, a mí me entró un carraspeo. Y él, dirigiéndose a mí, me recriminó que lo hiciera pues interpretó que yo lo hacía para llamar su atención pues aún no me había tocado el turno. Lo hizo de mala manera, como solía hacer las cosas. Y en aquél momento me hizo sentir humillación y furia. Como otras veces cuando se comportaba de forma injusta. Que eran las más. Y se me quedó grabado para siempre como aquí queda reflejado. Y eso que yo era el number one, que si no......aunque no todos los árboles dan el fruto apetecido.
enviado sábado, 27 de octubre de 2007 0:27 por WARRIORV
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