Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

martes, 5 de enero de 2010

Carta a los Reyes Magos

Queridas Majestades:

Es una injusticia que todos los años repitáis la misma cantinela para dejarme sin juguetes. El carbón, os lo merecéis vosotros. Yo, bastante negro estoy ya.

Habéis propagado por ahí a diestro y siniestro -o sea, a derecha e izquierda para que no riñan- que los magos son los padres, y eso es una falacia. A los padres les dejáis por una noche, a cambio de cuatro chucherías, sentir ellos como magos y dejan a sus hijos cosas que ellos hubieran deseado o desean tener, para acallar sus deseos o sus conciencias.

Pero a mí no me la pegáis más. Sois vosotros, desde juguetelandia, quienes durante el resto del año hacéis y deshacéis a vuestro antojo, dando y quitando sin miramiento ninguno. Permitís que mientras en algunas manos se vayan acumulando las riquezas de la tierra -es lacerante el enriquecimiento de todos los déspotas y dictadores (y hasta algunos que no lo son) que gobiernan a sus miserables naciones- al mismo tiempo millones de personas mueren de inanición. Por si no lo sabéis, de hambre.

Permitís que invocando su libertad, unos pueblos tengan sojuzgados y subyugados a otros, hundiéndoles cada vez más en la miseria moral y económica.

Idem que, en tanto unos juegan a las guerras, despilfarrando vidas y recursos, dejáis al albur de las sociedades la generación de ayudas y solidaridad para socorrer a los que solo tienen la miseria y la enfermedad o la muerte como compañeras inseparables desde que ven la luz de este miserable mundo hasta que de el desaparecen.

Os regocijáis en dar a los afortunados para que aumenten su felicidad, al tiempo que todas las desgracias y calamidades de este mundo se ciernen sobre los más humildes o miserables.

Ofrecísteis al Niño de Belén oro, incienso y mirra. Y mirra lo que ha pasado. No es de extrañar que desde siempre, los que dicen representarlo, hayan ido locos por acumular riquezas, y darse pisto e incienso. Locos por el boato y la pasta.

¿Porqué no le regalásteis el libro de los Derechos Humanos, -ahora que tanto apelan estos modernos fariseos, y tantas veces pisoteados por ellos,- y de la Infancia, para que se los hubiera predicado y sobre todo, hacérseles cumplir?.

Ahora, podéis ponerme carbón en represalia; lo contrario, me sorprendería. Y ya puestos, estoy hasta los mismísimos de que en el póker, aunque sea virtual, siempre me estén jodiendo. Sois unos kabrones.

enviado sábado, 05 de enero de 2008 1:42 por WARRIORV