Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 7 de enero de 2010

Reyes



Este comentario enlaza con el de Navidad.

....Y luego, a esperar los Reyes. Que siempre traían algo aunque más de un año pasaron de largo; con la cruel desilusión consiguiente. A mí me decían en casa de la abuela Filomena que, aparte de ponerles los zapatos con cebada para los camellos en la ventana, habría de ir a esperarlos a las 12 de la noche con la camisa mojada a la "paiderilla". Una tomadura de pelo imposible de cumplir, pues mucho antes estaba muerto de sueño y que quizá sirvió de excusa a los Magos para justificar su ausencia algún año. Aún conservo el parchís que me trajeron cuando tenía 7 años. Y una cajita con el mapa de España y una bolita para meterla en el hueco de las capitales de provincia. Y también recuerdo al abuelo Marcelino y a la tía Pilar y sus juguetes y tebeos......

¡Qué cambio ha dado todo, io incluido!. Me veo en una foto de escuela con la bufanda al cuello -siempre fue mi punto débil la garganta, de ahí que me quitaran las anginas- y una serie de sentimientos encontrados fluyen en mi mente. Más bien lástima; pienso en la ignorancia y la candidez que teníamos en aquellos años...........aunque ya me hacía gayolas. Haría falta saber que hubiera pensado él de haber visto como es ahora.

Este año, me encontré en Grancasa a los reyes Magos que iban de compras. Así que para evitar olvidos y viajes inútiles, les pedí un reloj de pulsera que valía 160€ y una máquina de afeitar. Y ya volví con ellos a casa.

enviado domingo, 07 de enero de 2007 17:09 por WARRIORV