Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 20 de enero de 2010

Más nieve



Esta semana pasada, hice un viaje a mi osera para controlar que todo estaba en orden y que los hielos y el airazo no habían hecho ningún estropicio. Como las noticias sobre el estado de las carreteras eran tan desalentadoras, varias veces consulté la web del ministerio correspondiente para informarme. También la de J.A. Maldonado que la tengo de página de inicio.

Salí con el culo preto, la verdad. Temía encontrarme las carreteras cerradas o con cadenas a partir de Maella hasta Gandesa. Afortunadamente no fue así. La temperatura exterior oscilaba entre un grado bajo cero a medio positivo desde que salí de casa. Había grandes ventisqueros y un buen tasco de nieve que decrecía pero la carretera, limpia. los campos de Maella se veían nevados y a partir de ahí, cada vez más nieve. Batea, cubierta por la nieve; Els Ports, lo mismo; la Horta de sant Joan, donde el incendio de este pasado verano, con una nevada memorable y aislada. En Gandesa, montones de nieve en las aceras. Pasado este pueblo, la nieve desaparecía poco a poco, pero las montañas se conservaban blancas. Hasta el Montsiá aún conservaba nieve en sus laderas.

Quienes pertenecemos al valle del Ebro sabemos del Cierzo. Amado u odiado según sople el aire, pero sin parangón con las ventoleras que se desatan en el delta del Ebro. El otro día, pinos de muchos años, grandes, fueron a tierra como consecuencia de las fuertes rachas de viento. Suerte que no alcanzaron a nadie porque uno de ellos cayó sobre la carretera.

Encerrado en casa y temiendo por mis árboles y mis naranjas, a veces pensaba que acabaríamos en Mallorca. Al enano de la chimenea, que pesa un huevo, ya lo ha tirado y roto el farol. Al limonero, no le va a dejar una hoja, como a su antecesor. Espero que no me tire la valla, pues alguna ha ido a cascala también. A un letrero anunciador de una urbanización, le ha doblado los postigos como si fueran de chocolate y el cartel, a tomar viento.

Pero la noticia grave fue que, al hijo pequeño de los vecinos, le han amputado la pierna derecha a la altura del muslo como consecuencia de un disparo fortuito recibido de la escopeta de un amigo. En casa. Lo cual demuestra una negligencia y falta de previsión tremendas. Nunca se puede ni debe llevar una escopeta cargada fuera de los sitios indicados. En cuanto se deja de cazar, arma vacía. 40 días en la UVI en Tarragona y menos mal que salvó la vida; pero vaya putada. Una criatura de ¿20? años.




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