Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 22 de abril de 2010

El mouse Pé


El ratón

Juan era un chico que más que travieso, era temeroso de que sus amigos le tuvieran por gallina. Así que muchas veces se veía castigado y encerrado en un bodego que había bajo las escaleras de la casa donde vivía. Su madre, le había prohibido ir al esbarizaculos en el hielo de la rambla. Por este motivo, en invierno, era cliente habitual del cuarto oscuro
Tanto lo visitó, que acabó haciéndose amigo de un ratón que, curioso, asomaba su hocico por un agujero de la pared. Lo llamó Pé
Le cotilleó muchas cosas ocurridas en el pueblo. Se reían.
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