Gladiolos silvestres
¡Qué sugerente frase! ¿verdad? Ilógica y sin embargo, cuantas historias, sentimientos y experiencias podría encerrar. Una despedida desgarrada o una despedida cínica expresada con una sonrisa en la comisura de los labios y una abierta carcajada oculta.
De alguien que, negándose a perder al destinatario de la frase, la hace como un ruego y deseo desesperado de que tal hecho no llegue a producirde. ¡Sigamos en contacto desde el más allá!
O aquél que viéndose morir, profiere amenazas y anatemas sin cuento. El o los destinatarios y receptores, se rien a carcajadas en su interior pensando aquello de "muerto el perro muerta la rabia" y deseando con todas sus fuerzas que parta cuanto antes para que "pueda ver" cumplidas sus amenazas.
Yo veo, detrás de ella, un novelón rosa, una trágica historia de amores y desamores e incluso un deseo ilusorio "si te dicen que caí....", una despedida de quien ve inexorable el momento de partir, a los cuales, me siento incapaz de poner nada más que el título.
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