Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 12 de mayo de 2010

La Justicia, ha muerto






Cuando la justicia entra por la puerta, la Justicia, huye por la ventana.

No sé hasta que punto puedo expresar todo lo que en mí ha generado esta mañana la noticia de que el juez del supremo había abierto juicio oral contra Garzón. Se me ha revuelto, literalmente, el estómago y la indignación me ha invadido. Todos los insultos de los que mi memoria tiene constancia han ido a parar sobre ese juez ruin y malnacido.

Porque si alguien no tenía aún claro que a Garzón se le estaba sometiendo a un acoso y derribo inmisericorde desde el tribunal supremo y la audiencia nacional, hoy, salvo quienes están directamente interesados en su destrucción, el resto se han podido apercibir con toda claridad de la conducta delictiva del juez Valera.

Amén de todas las prevaricaciones delictivas que lleva cometidas durante toda la instrucción del sumario, en contra del parecer y la opsición de la fiscalía, lo acontecido hoy, supera con creces la magnitud del delito, la animadversión y la utilización delictiva de la justicia. Es un canalla que está utilando su juzgado para fines propios y ajenos, espurios, en contra del juez Garzón.

Ha tenido que estar toda la noche trabajando para intentar cerrarle la puerta de escape hacia el TPI.

Personalmente, le maldigo y le deseo lo peor.

Leí estos días como un juez procedente de los que promocionan por ser buenos en la profesión, aunque luego acaben como Estevill, confesaba lo que un juez argentino le habia dicho a raiz de esa promoción: "yo soy juez para favorecer a mis amigos, joder a mis enemigos y de vez en cuando hacer algo de justicia"

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