Anoche, cuando Iñaki Gabilondo en las noticias de la cuatro daba cuenta de la muerte del actor F.F. Gómez, creo recordar que dijo "ya ha terminado su viaje a la nada". Y me hizo pensar que, en efecto, la vida es un viaje a la nada.
¿De qué o a quién sirve el que la existencia de un ser sea más o menos prolongada? es más, ¿sirve para ALGO más?.
Si además es un ser humano, sus errores, amarguras, felicidad, aciertos etc. de nada le habrán servido cuando deje de existir. Puede haber sido inmensamente feliz o una persona amargada e infame. Todo desaparecerá con su último suspiro. Habrá dejado personas felices que le llorarán o millones de asesinatos a sus espaldas. Pero de la misma forma que nadie puede dar fe de la época de los dinosaurios, aunque nos gustaría haberla vivido para contarla, tampoco lo hará con posterioridad a su óbito.
Más tarde, en Aragón TV, volví a ver la película "El último samurai". Una historía de violencia que sin embargo el personaje del samurai convierte, con su templanza, en un poema a la obediencia a los valores de la tradición en que fue educado. Esta película, junto con "Bailando con lobos" dejan una huella agridulce en el espíritu; y, enlazando con la primera parte del comentario, las preguntas que llevan sin respuesta miles de años: qué somos y porqué, adonde vamos y sobre todo y lo más probable ¿solo somos un accidente sobre el planeta?. Si uno se aleja con el pensamiento, acaba respondiéndose que sí, dado lo infinito del Cosmos en tiempo y espacio.
Al fin y al cabo, TODOS, acabamos haciendo el viaje a la nada. El lugar de donde procedemos.
Como decimos en mi tierra: para este viaje, no hacían falta estas alforjas.
enviado jueves, 22 de noviembre de 2007 17:05 por WARRIORV