Después de muchos años de miseria moral, terror y muertos, la sociedad alemana consiguió derribar el mayor escarnio fruto de la división de Berlín tras la 2ª guerra mundial: el muro de hormigón, símbolo de la opresión de un pueblo por sus gobernantes.
Ello fue fruto de la voluntad de cierto cambio de un hombre: Gorvachov. Al iniciar con su Perestroika una apertura interna, propició que los estados o dictaduras satélites de la URSS se sacudieran el yugo que las amordazó desde la partición de la tarta europea entre americanos, rusos, británicos y franceses.
Pero nadie podía esperar que muchos años más tarde los antiguos prisioneros nazis, muertos por millones en sus campos de concentración aunque no fue exclusivamente esta etnia, copiaran los métodos utilizados por sus asesinos. No tendrán, que se sepa, hornos para gasear a los prisioneros, pero utilizan todos los medios que la tortura y la tecnología ha inventado de aquellos años para acá en contra de los palestinos, sus particulares "judíos".
No contentos con eso, han levantado un nuevo muro de la ignominia para encerrar a los civiles palestinos en un gueto con el pretexto de protejerse de los "terroristas". Para mayor escarnio, este muro cuenta con el apoyo y el silencio de las naciones "civilizadas". No permiten que se olvide el holocausto y persiguen a quienes lo nieguen, amparándose en el para seguir cometiento toda clase de asesinatos, robos y tropelías, pero callan interesadamente que su estado es fruto del terrorismo practicado por los sionistas en los años cuarenta. Terrorismo que siguen practicando y que les llevará a desaparecer, con los años, sino cambian de política.
Mas no son estos los únicos que practican eso de los muros. Los amos del mundo, los garantes de las libertades y la patria del self made man, también están en ello para impedir que los mejicanos entren clandestinamente en su país. Algo así como poner puertas al campo. Pero que muestran la verdadera cara de una parte considerable de la sociedad de USA que siendo avalancha de la inmigración ahora consolidada, quiere impedir a toda costa que los sin techo puedan con el tiempo ser mayoría y condenarles a perder su estatus y hegemonía olvidando que los vedaderos dueños de esas tierras fueron los indios masacrados y los mejicanos a quienes robaron gran parte de su territorio.
No contentos con ello, los más reaccionarios ultraderechistas, con la Palin a la cabeza, están intentando promulgar leyes reccionarias y restrictivas en contra de los inmigrantes, mayormente mejicanos. Algo así como si los okupas invaden tu casa y si osas acercarte a ella, te reciben a tiros.
Me hace mucha gracia la leyenda negra que habla de lo malos malísimos que fueron los españoles con los indios. A un señor, americano del sur, le contesté en su blog que eso, aunque fuera cierto, no tenía comparación a lo hecho por los ingleses y otra gente de mal vivir con los indios de América del Norte tras la independencia (y se supone que antes también). En tanto los pueblos indígenas perviven allí donde los españoles pusieron sus patas, incluso tienen presidentes de su etnia, donde los british hollaron las suyas no ha quedado ni rastro. Pero eso sí, garantizan la libertad. La de ellos, claro.