Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Labordeta, querido maestro











Hoy ha sido un día especialmente sensible. Ya lo fue ayer. Venciendo mis miedos, me he acercado hasta el Palacio de la Aljafería a rendir mi homenaje póstumo al Abuelo en su capilla ardiente. Aunque la emoción ha humedecido mis ojos, he conseguido salir indemne del trance. Ya he llorado después en casa. Con cualquier mención suya en el TV, me enganchaba. Un día, tonto de verdad aunque él se lo merece.

En las cuartillas que había para dejar escrito nuestro sentimiento, el mío ha sido: "Has sido el más grande y querido de nuestra generación. Nunca te olvidaremos". Nadie que yo conozca, ha unido tanto sentimiento y voluntad en torno a su persona. D.E.P.  Entalto Aragón.