Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 15 de octubre de 2010

¡Qué imaginación!

Sin duda para escribir es indispensable la imaginación, tener ideas y saber plasmarlas en letras con coherencia y estilo. Aunque sea como el mal hablado de Mauro.

La blogera de Benicassim que tengo enlazada, a la cual llegué no sé como y visito siempre que tiene novedades, ha creado un personaje, Mauro, sobre el cual parecen llover los infortunios. No da una a derechas y para colmo, su madre no le habla. Pero no se conforma con eso, le ha enviado una loca correcaminos para "ordenar" la casa que a punto está de acabar con su vida.

Admiro a la gente que tiene esa cabeza. Aunque Mauro es muy mal hablado, lo hace con tal gracia que se está más pendiente de sus partes, digo sus desgracias, que de lo que dice. Vamos, que puestos en su lugar, yo sería mucho peor hablado que él y a la Chusa, la habría matado sin remedio.

Te deseo  un gran éxito con el libro. Y dile a Mauro que si necesita ayuda para eliminar a Chuso, que cuente conmigo. Jajajajajajajajaja.