Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

martes, 21 de diciembre de 2010

CUENTOS CORTOS de Nabida

La Navidad sirve para que quienes se odian durante todo el año, se toleren por un día.
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RECICLANDO
Durante el año, había recogido juguetes por las basuras. Bien limpios y reparados. Como nuevos. Este año, para variar, sus hijos tendrían papá Noel, santa Claus, Reyes Magos y porqué no, san Silvestre. E inclusive, cenarían el día de Nochebuena.
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VAGAMUNDO
Vivía en una covacha en la montaña. Cuando sobre la misma se hizo de día a medianoche, supo que algo raro estaba sucediendo. Pero no vivió lo suficiente como para averiguarlo.
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LA VUERTA
Curro había estado trabajando de papá Noel en un hiper. De vuelta a casa, tomó unos finitos. Ve un coche parado junto a la acera y subiéndose dice: “Dame una vuerta pisha”. Tras cinco minutos sobrevolando Sevilla, lo volvió a dejar en el mismo sitio. Ya en tierra, dijo al cochero: “Ezto no se le hase a un colega, malahe”.
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ATCHISS
Cuando estuvieron preparando el belén en la iglesia, le quitó al Niño un paño que lo cubría. Al ir a adorarlo el día de Navidad, su Madre lo impidió porque tenía fiebre.
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VENGANZA
Cuando estuvieron preparando el belén en la iglesia, le quitó al Niño un paño que lo cubría. Raulito estaba arrepentido de su acción. “Lo hice sin darme cuenta”. Cuando el día de Navidad, después de la misa, quiso besar el pie al Niño, éste le dio una patada en los labios. Creyó que a mosén Amable, le temblaba el pulso.
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EL GORDO
Pepito llevaba días devanándose los sesos. Al final, se dio por vencido y se acercó a la oficina de loterías. Compró un décimo.
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HUELGA
Después que Gluglú voló al campanario negándose a bajar, la granja se hallaba alborotada tras oír cantar a los dueños: “échale guindas al pavo...que yo le echaré a la pava...”. Todo el corral, excepto los polluelos, decidió declararse en huelga de hambre.
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VIAJE A LA NADA
Los viejitos carecían de recursos. La Navidad, no iba a romper su mala fortuna. Un brasero, alivió su frío y su sufrimiento.
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INOCENCIA
Acabada la cena de Nochebuena, todos se fueron a la cama. Entonces Marta se levantó y cogiendo una manta de la cuna de su muñeca, se dirigió al belén a ponérsela encima al Niño. “Para que no tengas frío” siseó. Cuando en silencio volvía a su habitación, escuchó: “Gracias”.
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DELIRIOS
“Dame una vuerta pisha” le dijo a papá Noel. No había puesto cebada para los camellos ni había escrito carta a los Reyes. Durante el año, había recogido juguetes por las basuras. Localizó en la despensa de sus abuelos un trozo de turrón, pero como la alegría dura poco en casa de los pobres, Su Madre lo impidió porque tenía fiebre.
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GRACIAS
En GM Figueruelas, los obreros llevamos años sin recibir ningún aguinaldo. Todo a favor de los resultados económicos de la empresa. Pero esta mañana, después de 30 años, hemos visto con creces compensada esa falta de agasajo empresarial. Nuestros compañeros, cuando volvían del trabajo nocturno, han tenido un accidente. Podía haber sido una catástrofe, pero hubiera sido inmerecida. Ha habido malheridos, sí, pero afortunadamente todos nosotros y sus familias en primer lugar, podrán contar con ellos esta próxima Navidad. Gracias por el capote.
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SAMBA
Pasaron de largo por aquella fabela. No habían puesto cebada para los camellos ni habían escrito carta a los Reyes. Eran tan pobres, que no podían hacer ninguna de las dos cosas. Al pasar por la puerta, un camello dio un traspié y un juguete salió volando hasta la puerta de Joao. A la mañana, solo las lágrimas hablaban por él
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TO BE OR TO BE
Saben aquel que diu que eran un gallo muy fanfarrón y un pavo que no lo era menos. Se encuentran en el corral y el gallo, deseando ser cortés, saluda al pavo y le dice:
-Feliz Navidad, compañero.
El otro, con muy malas pulgas, creyendo ver un punto de mala uva en ello, le contesta:
-Tu puta madre. Arrieritos somos y en la mesa nos encontraremos.
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SE ARMÓ EL BELÉN
Había convocada reunión de la Comunidad. Presidía la vaca Mu, la más sensata. Asunto a tratar: las condiciones laborales. El gallo Kirico y el pato Lucas, eran los más vocingleros, como siempre. Propusieron dejar de poner huevos y dar leche como medida de presión. A media sesión, entraron al establo un hombre y una mujer, ella en estado de gestación y a punto de dar a luz. La señora Oca, muy mari manejos, enseguida organizó todo. Los animales grandes a dar calor, las luciérnagas agruparos para dar luz. El resto, recoger paja limpia y callad. Así comenzó la Navidad y una historia que dura ya más de 2000 años.
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GLU GLU
Glu glu andaba muy mosqueado últimamente. Le trataban a cuerpo de rey. Comida, la mejor y toda la que quería. Hasta vino le ponían pero claro, como no estaba acostumbrado pues la verdad, no le tiraba mucho. Aunque de vez en cuando, le obligaban a echarse un traguito a pesar de que a el no le gustaba. «Para que te haga la digestión» decían. Tanta amabilidad le tenía escamado. Preguntó a madre por su padre y esta le confesó que también le extraño mucho que el año pasado por estas fechas, le ocurriera lo mismo y un día desapareció. Así que cuando vio que comenzaban a engalanar calles, árboles y portales, decidió volar de tejado en tejado hasta llegar a lo alto de la torre. «Glu glu, baja de ahí» le decían una y otra vez. «Ni hablar, no pienso hacerlo hasta que pase la Navidad».
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EL MENDIGO
Era el día de Nochebuena. Un ángel se aparece a una señora rica y le anuncia que Jesús visitaría esa noche su casa. Alucinada por suceso tan trascendental, prepara una pantagruélica cena en la cual no falta lo mejor en viandas y bebidas.
Con todo dispuesto, esperando, suena el timbre. Una mendiga, a punto de dar a luz, pide ayuda. Con malos modos la echa de casa; la visita que esperaba era mucho más importante. Comenzaba a inquietarse cuando de nuevo sonó el timbre. Un inmigrante pide socorro. ¡Qué escándalo, ya no respetan nada! Azuza a sus perros contra él. Da los últimos toques a la mesa esperando que la visita no se demore cuando de nuevo llaman a su puerta. Por favor, ¿puede darme algo de comer? le requiere un harapiento rapaz. ¿Cómo te atreves? ¡Aún no hemos cenado! Cansados de esperar, la cena queda en la mesa. Al otro día halla de nuevo al ángel y le recrimina.
- No fui yo quien no cumplió. Vos no supiste ver a Jesús que se presentó a tí tres veces y fuiste incapaz de asistirlo.
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EL MOUSE
En la carpintería de Nazaret, José el maestro carpintero, le pide al niño aprendiz que recoja las virutas del suelo. Pero hay un ratoncillo en un rincón que mira respetuosamente al rapaz y le dice: “Déjame algunas virutillas para poder hacer un lecho donde abrigar a mis hijos que están a punto de nacer”. Y el Niño le convierte un puñado de virutillas en queso gruyere y requesón. “Pero no se lo digas a nadie ¿eh?”.
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CAPERUCITA Y EL SR. LOBO
Se aproximaba la Navidad. Caperucita preparó una cesta de confites para llevar a su abuelita. Sabía que el sr. Lobo la estaría espiando al pasar por el bosque, así que se dispuso a gastarle una broma. Una vez en el bosque, dejó la cesta al borde del camino y se escondió a la espera. Paseando, con las manos en los bolsillos y silbando una canción, apareció el sr. Lobo. Al ver la cesta exclamó: «Caramba, qué oportunidad» Sin pensarlo, engulló dos empanadillas en un santiamén. Al segundo, con la boca abierta y los ojos llorosos, emprendió la huida. «Socorroo, quiero que me cambien de cuento…».
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PEROS
Más tarde, con el tiempo, plantaremos un árbol. Así lo decidieron cuando resolvieron casarse. Lo harían todo de común acuerdo. Tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol. Por este orden. Para tener un hijo, nunca hallaban tiempo, pero este transcurría inexorable. Las circunstancias no lo aconsejaban. Escribirían un libro, pero estaban tan atareados que siempre lo dejaban para mañana. Plantaremos un árbol que es más fácil. Mala suerte, el abeto que les vendieron, no tomó.