Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 17 de agosto de 2011

¡QUÉ MALAHE!

Recuerdo uno de los ejemplos que en la escuela nos ponía el maestro cuando deseaba hacernos ver la diferencia existente entre las palabras según hubieran sido escritas, puntuadas o acentuadas: “La sabia Inés no sabía que los árboles tenían savia”, “san Francisco comía como vestía”.

Pues bien, servidor tiene claro que no es ninguna lumbrera, ni siquiera llega a cerilla, pero al leer el encabezado de ese concurso de relatos breves, ha sufrido un shock: “VIVIR DE RELATO BREVE”. Ostras (no exactamente), pues debe haber muchos más hambrientos de los que yo imagino.

Y es que hay -habemos- gente pa tó. Porque mira que convocan premios de todas las clases a los cuales se presentan -nos presentamos- cienes y miles de aspirantes con la esperanza -inútil- de que suene la flauta por casualidad y dentro de ná seamos los ganadores del Pulitzer o del Nóbel.

Quienes convocan, y no hablemos si lo hacen las grandes editoriales, desean nombres conocidos o mejor aún, consagrados. Les guía su altruismo a ultranza, vender lo que sea o tener un nombre de postín el día de la entrega de premios, sea de la rosa o del clavel, qué más dá.

Por la cual causa y ciñéndonos al encabezamiento del premio, vivir de relato breve no solo es agónico sino mortal de necesidad. Depender de un “jurado” en cualesquiera ámbitos de la vida, con las ideas subjetivas o resabiadas que cada uno de ellos arrastra o al revés, les arrastran a ellos, es como tener una espada de Damocles sobre el cogote y más hambre y sed de justicia que los harapientos de Somalia.

Hablando de Somalia ¿Habrán pensado los descastados seguidores del Torquemada Ratzinger, con el ultra Rouco a la cabeza, el hambre que hubieran podido saciar y las vidas que habrían salvado con el dinero despilfarrado en darse pisto y botafumeiro estos días en Madrí? ¡Bah! Unos cuantos miles más, (de muertos), quien se lo va a echar en cara… y no digo nada de los sátrapas de Arabia Saudita, que a esos hay que echarles de comer aparte.

Por cierto que no creo sigan las consignas de este viejo ultramontano, pero ¿no les podría decir alguien a esas gentes que no follen tanto o lo hagan con condón, marcha atrás o simplemente laven a mano? Parecen conejas, carallo, con tanto churumbel alrededor.

viernes, 12 de agosto de 2011

Camino de nada




Conoajutorio de nuestro dueno, dueno Christo, dueno Salbatore, qual dueno get ena honore, equal dueno tienet ela mandatione cono Patre, cono Spiritu Sancto, enos sieculos de losieculos. Facanos Deus omnipotes tal serbitio fere ke denante ela sua face gaudioso segamus. Amen. Glosas Emilianenses, en el códice 60.

He de reconocer que no me guiaba ningún interés filológico aquella mañana cuando emprendí el viaje hacia la cuna de las Glosas Emilianenses y otros pueblos plagados de historia. Pretendía llenar mis ojos de la soleada campiña castellana, riojana en este caso, y visitar de paso algunos lugares conocidos por su tradición y la influencia que tuvieron en nuestro devenir como pueblo. Ningún bachiller se libró de saber o aprender algo de Gonzalo de Berceo y san Millán de la Cogolla.

Solo conseguí realizar a medias mis propósitos. El día fue nublado y lluvioso, lo cual me impidió tomar nota, visual al menos -lo saboree a fondo eso sí- del camino que recorría. Llegué, tras pasar por Berceo, a san Millán de la Cogolla pasadas las dos de la tarde, inmortalizando el hecho con una foto a la entrada del pueblo, como es de rigor. Visité el Monasterio de Yuso pero solo pude hacerlo por el exterior, todo estaba cerrado. Un tránsfuga del arado tampoco podría sacar de allí algo más de cultura de la que portaba. Aquellas piedras, encerraban en si mismas tanta historia, que solo con verlas y palparlas cubrían mi afán. En mi fuero interno, siempre podría decir: “Yo estuve allí”. Unas azucenas en un rincón, alegraron mi vista y lograron que otras de su especie florezcan todas las primaveras en mi jardín.

Recibí el aldabonazo espiritual al divisar de lejos la majestuosa torre de la catedral de santo Domingo de la Calzada. Y mucho mayor, al visitarla por dentro. A un peregrino como yo, le removió la fibra mística el canto del gallo y ver su ubicación; las palabras me faltaron. No me importaría volver a peregrinar.

miércoles, 10 de agosto de 2011

ES LA LECHE

Hallábame cabizcundo y meditabajo dándole vueltas al asunto de cuanta sería la leche malgastada diariamente en el mundo. Puestos a calcular, nosecuantos usuarios x el número de usos efectuados, nos darían una cantidad de litros desperdiciados que a la vista de las circunstancias deberían tener un mejor fin y uso.

Y es que los humanos somos muy derrochadores e irresponsables a veces, que suelen ser muchas, la mayoría de las ocasiones. Sin entrar en detalles escabrosos que por asociación de ideas también la mayoría ponemos en nuestro punto de mira, esa posibilidad la descartaremos, no porque no sea igualmente derroche y despilfarro inútil, sino debido a que no es ese el leit motiv de este comentario.

Ya lo había observado. Cuando se acaba la caja de la leche, brick creo la llaman, por mucho que menees el envase, siempre queda algo dentro. En el otro también. Y he llegado a la conclusión de que se deben desaprovechar centenares de litros diariamente en el mundo por ese motivo. Tantos esfuerzos por parte de la señoras vacas y sus cuidadores resultan baldíos al no prever (hay much@ analfabet@ con ínfulas que no saben que la palabra “preveer” no existe pero se esfuerzan en seguir usándola) los señores expendedores ese pequeño detalle que podría saciar la sed y el hambre de muchos miles de infantes e infantas en el mundo.

Si hay alguien con posibles para subsanar esa deficiencia en los envases, póngala en práctica y dejemos de despilfarrar la leche. Toda. Que hay quienes la tiran sin más.

lunes, 8 de agosto de 2011

No more, please

Cuentan que, en algunas civilizaciones antiguas, al morir el marido o principal de la casa enterraban con él a las mujeres, criados o esclavos, etc. Parece ciertamente tremebundo y desorbitado dado que el difunto ya no iba a necesitar servicio alguno de cualquiera de los mencionados sirvientes o mujeres. Es por ello que, ante la inocencia de este blog, la inoperancia o vagancia de su autor, su desfondamiento mental y la fijación excesiva, cuasi enfermiza, en el oscuro objeto de deseo que reluce tras el fondo del espejo, y que eleva sus sentimientos irredentos, no podía, digo, dejar morir a este Camino de hierro aún a sabiendas de que no me llevará a parte alguna, al igual que el de la cabecera de este blog.

Hoy quiero dar caña inmisericorde a la "princesita" que de zorra corrida por los sabuesos se reconvirtió en presunta aspirante al trono de este patio de Monipodio. Parece ser que la susodicha es altanera y creída, con el deseo íntimo de reconvertirnos de ciudadanos a súbditos. Olvida que no todos llevamos orejeras como su esposo, que por otra parte es libre de hacer lo que le plazca, pero me jode los dos huevos que se sufrague sus caprichos con mis impuestos.

Por ello, condeno a la presunta a la gillotina virtual, en base a los sigientes hechos: Acaba de comprarse en una tienda para pijos de Madrid unas zapatillas bailarinas que costaron 500 €. Y a sus niñas, otro par a cada una. Cuando en España hay tanta gente en la miseria y el paro, con hambre y sed de justicia y de boca, hacer ese despilfarro ostentoso y "estentóreo", me parece una inmoralidad aunque haya a su alrededor una pléyade de cortesan@s lameculos dispuest@s a reirle las gracias, sacarla en las revistas y llamarla alteza de una forma rastrera, ridícula y pelota.

Otro condenado, en este caso al fuego eterno del infierno, es el papa Ratzinger. Ya vale de desperdiciar millones de nuestros impuestos en montarse saraos cada dos por tres. Si quieren juergas, que se las sufraguen ellos. ¿A cuánto ascenderá la mordida, en esta ocasión, de los Gürtel de turno?. Cuando estamos viendo en los noticiarios de TV a los niños morir de inanición en Somalia, mezclados con las alegrías de la próxima visita de ese Torquemada vejestorio y ultramontano, el estómago se revuelve y uno no puede por menos que renegar de estos brujos que tienen el corazón de mármol en el banco Ambrosiano o en cualquiera otro donde los hijos de san Escrivá cortan el bacalao. Ya lo dijo su Jefe, son hipócritas, fariseos y sepulcros blanqueados (y corruptos), digo yo.