Acabo de terminar de leer un libro de Vargas Llosa titulado "La Fiesta del Chivo" y me han venido a la memoria las palabras dichas por otro escritor, Vázquez Figueroa, prolífico por cierto pero que nunca será premio Nobel," no se trata de escribir un tocho de mil páginas que cuando lo terminas te preguntas si para decir eso era necesario meter tantas cosas inocuas" más o menos. Pues eso me pasa a mi con la mayoría de los libros. Paso páginas enteras sin mirar siquiera porque solo contienen garafolla, palabras inocuas que solo sirven para aumentar las páginas del libro pero no el interés del mismo. He dicho que he terminado de leer, he mentido, más bien, he llegado al final.
Ando enfrascado en coñas marineras literarias. No me doy por vencido a pesar de haber sido abandonado por las musas de todo pelaje. Soy consciente de que no tengo ni puta idea de juntar letras y más cuando veo y leo cosas incomprensibles que otros junta letras escriben. La poesía, -salvo a tierrafacio que es un genio-, es una mierda. Escriben sin ton ni son y eso parece ser la ostia pues además los corifeos de turno aún dicen al poeto o a la poeta "qué buena eres marisleisis". Yo es que me quedé anclado en el siglo del loro.
Amanece en la osera
Afotos, de this morning, miiiiiiiiaaaaaaaassssss.
Así que he decido seguir siendo un pardillo, más inocente que un sidral y al que se las meten todas cruzadas. Pero eso sí, lo que se me escurra del cerebelo, lo seguiré haciendo a mi aire aunque los inteligentes e intelestuales, me miren por encima del hombro. ¡Qué se jodan!