Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 3 de febrero de 2011

Nos hemos hecho viejos sin darnos cuenta

La semana pasada murió, tras ser atropellado en un paso de cebra, un hombre de mi pueblo de 99 años. No murió en el pueblo, sino aquí en la ciudad. D.E.P.

Cuando llamé a una de las hijas para darle el pésame, me comentó que acababa de tener el cuarto nieto. Una alegría en medio de la tristeza por la muerte del padre.

Es una gran cabronada llegar a los 99 años para acabar así y no morir en su cama, como debiera haber sido.

Tras comentar diversos asuntos, me hizo el comentario de la cabecera:"nos hemos hecho viejos sin darnos cuenta". No sé si es bueno o malo. Debe ser bueno, ya que al menos nos ha permitido llegar hasta aquí. Aunque haya sido a base de decepciones y deserciones. Y alegrías, que también las ha habido.

Hoy es san Blas, fiestas en mi pueblo cuando era niño; hoy desaparecidas por falta de quorum.