Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Mil pesetas


Mi madre me comentó el otro día que tenía guardados algunos billetes de mil pesetas y de otros valores. Hoy me los ha enseñado y me ha regalado uno de mil pesetas y dos de 100 pesetas.

¡Qué diferencia! Lleva la efigie de los Reyes Católicos y la fecha de 28 de Noviembre de 1957. Casi nada. Y se me ocurre  la de cosas que hubieran podido comprar en aquellos años con este billete de 1000 pelas que hoy carece de valor. Es posible que incluso mi padre, no las ganara al mes. Fruto de aquel afán de hormiguitas, lo más probable es que les pasara como a los doblones  de la época de Felipe el Hermoso: que no volvieran a ver el sol. Este fulano se trajo entre su séquito a otro, buena pieza, que abarrazaba con todo doblón, de oro por supuesto, que caía en sus manos. Se hizo famoso por ello: "dichoso doblón de a dos, que con vos, Guillermo de Sevres no topó".

Y no solo  mi padre. Mi primer sueldo consistió en 900 pelas de las cuales debía pagar la patrona y me quedaban ¡¡200!! para pasar todo el mes. El billete de 100 pesetas, es aún más antiguo. Un Julio Romero de Torres de 1953.

Si yo hubiera tenido mil pesetas en muchos momentos de mi vida.... En la mili sin ir más lejos. O antes en Santiago.... El mundo está concebido al revés.