Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 3 de marzo de 2011

...a más a más...

Abundando en lo de las pesetas "inválidas", se podrían, yo podría, extraer varias consecuencias o decisiones.

1ª El dinero pierde valor de un día para otro.

2ª "las cosas" cada vez cuestan más (que no es lo mismo que valen más).

3ª Por ello, gastemos hoy lo que tengamos que mañana, Dios proveerá.

Y una mierda (con perdón). La experiencia nos ha enseñado y se muestra terca y contumaz en demostrarlo, que el que guarda cuando tiene, gasta cuando quiere. Mis padres, con esos mil duros, en aquellos años de haberlos tenido que lo ignoro, casi podrían haber nadado en la abundancia o al menos darse algún capricho. Sin embargo hoy, solo sirven esos mil duros como recuerdo y/o para los coleccionistas. La "custión" -esta palabra siempre me recuerda a Ernest Lluch a pesar de que su nombre se muestra esquivo a mi memoria y necesito de un gran esfuerzo hasta encontrarlo entre las telarañas de mi disco duro-, es que a pesar de los años pasados, siguen en ello.

Ahorrando y estirando su pensión como si fuera chicle, pensando en que el futuro puede ser muy negro y sabe dios lo que podremos necesitar. Si no nos hubieran gastado la putada de cambiarnos de moneda -lo hicieron de mala fe, con la infame intención de expulsarnos de su círculo que ya comenzaba a dejar de serlo- hoy serían millonarios, bueno lo seríamos casi todos pues dicen que cuanto más debemos, más ricos somos. Y a ver quien no es rico, en deudas, hoy en día.

Me contaba mi padre el otro día que algunas posesiones en el pueblo, en aquellos años, estuvo en tratos para haberse hecho con ellas. Había una persona, de su mismo nombre, que le vendía cosas y al otro día, merced a la intervención de algún cabrón por la noche, se había quedado sin ellas. Pero se jodió, el caciquillo aquel, que también se murió.

Hasta tal extremo llegó este asunto, que la era y el pajar de este hombre las compró un tío de mi madre ¡¡con los dineros prestados por mis padres!! Manda cojones. Pa mear y no echar gota. Por cierto que hoy han enterrado al hombre que toda la vida ha vivido en la casa del hombre este, la cual mi padre también estuvo en tratos de comprar. Pero le pasó lo mismo. Lo tejido el día anterior, por la noche resultaba deshecho. Algo tuvieron que ver los herederos, pelín cabrones a lo que se ve..

Una cosa curiosa: este hombre, el propietario de los bienes, era hermanastro de mi bisabuelo y su padre, mi tatarabuelo, no dejó ninguna herencia a esos hijos fruto de su segunda mujer. ¡¡Pelín cabrón también!!.

En medio de esta deriva, ya no recuerdo cual ha sido el motivo que me ha inducido a escribir este post. Ya no se puede uno fiar ni de si mismo.