Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 31 de marzo de 2011

Un paseo por Las Ramblas

Esta semana pasada me he dado un voltio por Barcelona aprovechando mi estancia en la osera. Además como me encanta viajar en tren, lo hice en el dejando el coche en la estación, esperando. (Que otro remedio le quedaba, salvo que algún chorizo me lo hubiera robado). Fue un viaje de ida y vuelta, en el día.

Hacía muchos años que no volvía a visitar la fuente de Canaletas. Dicen que quien de ella bebe vuelve. Y así ocurrió. Muchas experiencias y acontecimientos vividos en la ciudad en años juveniles. Sin duda con una tranquilidad que ya quisieran tener ahora. Las Ramblas por la noche, eran de lo más tranquilas según recuerdo. A pesar de concentrarse en ellas el lumpen y la gente golfa.

El mar, ya no me llama la atención, lo tengo a mano a diario. Por eso mismo, aproveché para darme una vuelta y visitar un restaurante que se inauguró con mi presencia y trabajo en el mismo. Can Cortés, al que un día dirigí un emilio rememorando el hecho y me contestó el hijo del dueño que in illo témpore aun no existía. Usé el tren desde Plaza Cataluña hasta Valvidrera ya que el restaurante se halla en la Rabassada dirección san Cugat.

Lo que en un inicio había, el Mas de toda la vida de los payeses de Can Cortés, se ha convertido en un lujoso establecimiento respetando y conservando la casa inicial. Como no era tiempo lo que me sobraba y era otro mi propósito, no me dí a conocer aunque en otra visita sin duda lo haré y charlaré con el dueño "viejo".

Como no se ganó Zamora en una hora, paseé Las Ramblas y bebí un trago en la fuente con el deseo interno de que pronto se vuelva a cumplir mi aspiración de retorno para dedicarle algo más de tiempo a todas esas calles puteras y golfas. Donde por cierto, vi a los municipales pegar a un guiri la paliza más salvaje que he contemplado en mi vida. No se cual sería el motivo, pero a eso no hay derecho. Para eso está la justicia aunque tanto entonces como ahora Ni está, Ni se la espera.