Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 13 de julio de 2011

+GUERRA

In memóriam II

Mi señor padre tuvo tres hermanos alistados a un tiempo en la guerra. Uno en la falange de Teruel, voluntario, para evitar males mayores; los otros, por obligación. El mayor, en el frente de Madrid. El tercero, en el frente del Ebro. El “falangista” pasó toda la campaña de ofensivas y contraofensivas de ambos ejércitos en el frente de Teruel.

Cuando mi padre se incorporó a filas con su quinta, tras quince días “preparatorios” en Teruel, halló a su hermano y su padre en la estación de RENFE pues lo habían llamado a filas tras pasar la guerra en el frente del Ebro y licenciarlo. A Jaca los dos. Mon Pêre al cuartel de la Victoria, el tío al que estuvo el capitán Galán por la cual causa, el cuartel estaba arrestado ¡¡¡manda cojones!!!. Entre guerra y mili, mi tío se pasó SIETE años y pico fuera del pueblo.

Volvieron a casa todos indemnes. Pero no mucho después, al tío Justo, el “madrileño”, le acusaron de robar una garrafa de aceite en la que no tuvo nada que ver (según parece, el aceite llegó de estraperlo en un tren minero y él pasaba por allí, en tanto el jefe de estación fue el ladrón), y en pago a los servicios prestados, un guardia civil le dio tal paliza, impunemente, que lo dieron por muerto. Esto es Historia pura.