Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 18 de noviembre de 2011

HISTERIAS Y MOLIENDAS

Tengo unas enormes depresiones con esto de la escritura. Empecé por contarme a mí mismo mis recuerdos de niñez y juventud, plasmándolos en papel y para dominar el sueño que me invadía por las noches. Muchos de ellos por ahí andan. Consideré que el modo más correcto de guardarlos y leerlos cuando quisiera, era a través de este blog al que siguieron otros; unos abandonados y otros, casi. Pero este, el primero, sobrevive a pesar de las depresiones

Acabo de ver un post de gimbel en su blog "Escribe o Revienta" y me ha dado que pensar el tal título pues es lo que a mi también me sucede (aunque no me compararé en su calidad literaria). Escribo a trancas y barrancas. Hay épocas fértiles en cuanto a cantidad y las siguientes paupérrimas o nulas en la escritura. Ahora llevo unos días de histeria escribidora hasta que caiga en la histeria a secas.

Como consecuencia de tanta disfunción, róndame la mollera una idea estúpida como casi todas las que se me ocurren. En mis devaneos oníricos busco al mirlo blanco que no quiso comer en mi mano. Difícil papeleta esta. El agua de un río jamás vuelve a su cauce. Aunque me pregunto y no hallo contestación adecuada ¿Porqué la mente se esclaviza cuando al cuerpo le resulta indiferente? Joder, los humanos, somos la rehostia; bueno no todos, algunos ni los llegan a consagrar, quedándose/nos en simples sombras o fantasmas trasumantes. Capaces de rompernos la crisma subiendo una escalera e indiferentes al segundo siguiente. ¿De verdad que sí? ¡¡y una mierda!! ¡¡Ah qué putada!! no poder decir lo que se siente.....