Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

martes, 4 de septiembre de 2012

TIEMPOS DE IRA

y desconcierto. Cuando era crío y mi madre hacía unas sopas con huevo revuelto o de avecrem con una pasta como perdigones, no había gana que valiera, el desánimo y la desgana, de comer, se adueñaban de mí. Más o menos como me ocurre ahora ante el teclado. No tengo ganas de escribir, no sé de qué escribir y ante la "obligación" de decirle algo al blog, me siento vacío. Por faltarme, me faltan ganas hasta de insultar a los hijoputas de pp. Y es que claro, lo que de verdad les desearía, no puedo escribirlo por razones obvias a pesar de que aquí no entre ni el polvo. Leo que la líder esa de Madrí pide al fiscal que enjuicie a quienes en la universidad de su comunidad le desearon se muriera. Pobre fiscal, debería enjaular a media España y creo que podría indigestársele el dulce. No temas mala bruja, dios es de derechas, sino de qué hubieras escapado por dos veces a la parca.... En cualquier caso, nos queda el consuelo de que dentro de 250.000 MM de años los continentes se habrán arrejuntado y como consecuencia de ello la raza humana habrá desaparecido. Debería ser imposible que de surgir una nueva civilización, sea tan hijoputa como somos los humanos; semos animales, pero no hay duda de que unos más que otros. Se me murió el portátil en el cual tenía mucho escrito y lo he perdido todo, TODO. Asín que vaya mierda. Aunque bien mirado, escribir ¿paqué, si no lo lee naide? ¡¡A la mierda!! Como el miserable chorizo que impulsó el estauto de autonosuya por la vía del 143, oponiéndose a la del 151, y que hoy ha tenido la desvergüenza de ir a celebrarlo con todos los chupasangre de las cortes de Aragón a san Juan de la Peña. Y el cabrón lleva más de 30 años viviendo de nuestros impuestos. Cogeré la linterna para ver si en el Camino encuentro una huella que me levante la moral, lo otro, ni con una flauta mágica.