Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 20 de mayo de 2012

Adiós, primo

La vida no fue demasiado generosa contigo, ni siquiera generosa; ¿qué tal si la llamamos "pelín hija de puta"?. Pero a fuer de sinceros, eso nunca debió ser un argumento para hacer a los demás, y tú sabes a quien me refiero, la vida imposible. Sufriste e hiciste daño a quienes estaban cerca de tí; pero no quiero hacer reproches sobre tu comportamiento, básicamente porque ahora, son inútiles.

Descansa en paz primo, lo merecen sobre todo quienes aquí han quedado y tú también. ¡Ah!, por cierto, me sigues debiendo un saco de yeso, que ya no pienso cobrar.... su valor era insignificante pero le echaste un morro....