Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 13 de julio de 2012

Miserables +

Cuando el presidente del gobierno finalizó la retahíla de despropósitos que piensa llevar a cabo contra todos los ciudadanos, -bueno todos no, solo los asalariados y sin trabajo sean del tipo o la procedencia que sean-, los inútiles, inoperantes, innecesarios, superfluos, sobrantes, incapaces, torpes, ineptos, necios, cabrones, hijos de puta, cerdos, inmundos, bordes, repugnantes, puercos, ladrones, chorizos, gentuza, delincuentes, (EN ESTE PARENTESIS, Y SIN DISTINCIÓN DE GÉNERO, CABEN TODOS LOS INSULTOS REGISTRADOS EN EL DICCIONARIO ESPAÑOL Y LOS QUE NO, PERO QUE O BIEN NO SE O NO RECUERDO), sanguijuelas, sentados en la bancada de los diputados de derechas, le aplaudieron como si acabara de ganar una batalla épica contra el pueblo español, bueno parte de el; se supone que quienes le votaron también estarán de acuerdo con sus latrocinios.

¡Qué inútiles! No, no son inútiles, son gentuza despreciable dignos sucesores de sus padres y abuelos. Criminales impunes cuyo único fin debería ser el garrote vil, la horca, o cualquier otro método de eliminación +iva que librara de una puñetera vez a esta sufrida tierra de gusanos comedores de carroña putrefacta. Solo entienden un lenguaje porque solo practican ese lenguaje. Hay que hablarles en su idioma para que sepan que sus crímenes contra el pueblo a quien dicen defender no quedarán impunes. Si fueran decentes y honestos hubieran llorado como la ministra italiana; estas zorras, se sienten orgullosas de serlo, hay que echarlas a ojeo y darles de aquello que cuando éramos críos cantábamos “Yo tengo un castillo……”. Aunque hay tantos, que no se iba a notar. De ambos sexos.

Miserables

Señor Presidente del Congreso:

Quiero dejar constancia de mi más profundo rechazo e indignación hasta la náusea, originado por la actitud de los diputados tras anunciar el presidente del gobierno los tremendos recortes que van a recaer sobre la población española. Por supuesto la casta más pudiente, son intocables con lo que se demuestra lo descastados que son quienes promueven esas medidas.

Los aplausos a rabiar que le dedicaron al mencionado presidente, solo pueden enmarcarse en una actitud miserable e indigna de quienes precisamente comen de nuestros impuestos. Me recuerdan al populacho romano cuando en el circo pedían más sangre inocente.

Más sangrante, indecente, deshonesta y con adjetivos mucho más duros me merecen la actitud de diputados como el sr. Montoro que sin ser el único, sí es quien más razones tiene para estar con la boca callada e irse a su casa. Estafar y robar a quienes se están sacrificando con impuestos y descuentos de salarios, no tiene nombre. Cobrar 2000 € extras por hacer creer ¿a quién? que es diputado por Lugo cuando tiene casa en Madrid, es de juzgado de guardia. Solo la connivencia y el cambalache del resto de partidos, cómplices del latrocinio, hace posible esa ignominia.

Sin duda se muestran orgullosos de dejar a personas inválidas a merced de sus parientes o de la caridad -pública no, que esta ya no atiende más que a negocios particulares-. Solo les deseo a todos ustedes que acaben de la misma forma, aunque ya se habrán procurado buen futuro, a nuestra costa, para tal contingencia.

Todos ustedes merecen mi más absoluto desprecio.