Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

martes, 16 de octubre de 2012

SOÑANDO QUE ESTOY DESPIERTO

Este, está siendo un año la mar de complejo y complicado. Todo ello unido a un clamoroso y sonoro silencio al que me veo sometido, hacen que me muestre remiso a publicitar mis andanzas y tribulaciones. Si el ser humano necesita siempre tener un motivo por el cual moverse, yo carezco del estímulo necesario para salir de la inanición. Hace meses que no escribo una letra, y no sé muy bien ni tengo claro el porqué lo estoy haciendo ahora; quizá sea debido a la falta o ausencia de un destinatario concreto pues de haber alguno, queda patente que, o ha huido, o jamás hollará estos lares. Lástima, ya conozco el guión y para mí carece de interés. Mis gritos no salen de mi garganta o tal vez no alcanzan su objetivo.