Sois ya demasiadas las mujeres que he conocido, esposas de amigos o conocidos, que habéis dejado este mundo víctimas de esta maldita enfermedad. Deseando, a las que en este momento están con la espada de Damocles pendiente de sus cabezas, que el bienestar y la restitución de la salud sea completa, elevo mis preces para que así sea.
Tampoco me puedo olvidar de l@s miserables que están recortando las inversiones en Sanidad y con ello condenando a las futuras víctimas. Sobre
ell@s, todo el mal y la miseria de este asqueroso mundo. La muerte.
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