Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 23 de enero de 2013

Seguimos cabalgando

Nada que objetar a los vuelos sobre escobas y aspiradoras eléctricas, pero luego que no intenten hacernos creer que no son brujas.

Hay tanta mierda y tanto ladrón en este país, que al final nos taparemos la nariz y nos olvidaremos que vamos camino de un precipicio sin retorno. Aunque sería bueno que arrastráramos en nuestra caída a alguno pillado de los huevos o de los pelos del coño; mejor de una teta, que ahora lo llevan depilado.