Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 11 de mayo de 2013

En blanco

Sé que aunque este espacio es mío, si no lo bloqueo pierde la intimidad. A pesar de ello, hoy me encuentro sin ánimo para nada. No me importa nada ni tengo ilusión por nada. Solo mi cobardía me impide tomar decisiones drásticas. El otro día, atropellé a una víbora, no lo siento pero sí el estómago que me tienta. Me cagüen mí directamente.