Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 30 de noviembre de 2013

TE SEGUIMOS ECHANDO DE MENOS

 
 

 
 


ESTE FUE TU ÚLTIMO CUMPLEAÑOS QUERIDO MIO

 Hoy, día de san Andrés, se cumplen 90 años de tu nacimiento. Desgraciadamente, y por primera vez, no hemos podido celebrarlo juntos; pero sabes que, a pesar de ello, nuestra mente permanece a tu lado como espero que tú sigas velando por nosotros como siempre. Sabes que el martes tengo una cita, por la que pasaste antes que yo. Creo que la estoy tomando con bastante serenidad pero no obstante, échame una mano para no flaquear en el último momento.

Sabes, mi memoria  se encuentra desconcertada. Solo te recuerdo como eras en los últimos años y ahora, cuando últimamente he visto unas fotos tuyas, no te reconocía. La madre me enseñó una de carnet, y no supe ver que eras tú, y no porque tuvieras cara de quinqui como normalmente suele ocurrir en esas fotos. Parece ser que evolucionan nuestros recuerdos con el presente y quedan arrinconados los del pasado, hasta que irrumpen impetuosos por algún motivo.

Aquí, cada año celebraremos el día de tu nacimiento, y si antes parto y no puedo, espero  estés esperándome para guiarme y reunirnos  eternamente. Te quiero padre.



Pater Noster, qui es in caelis,
sanctificétur nomen Tuum,
adveniat Regnum Tuum,
fiat volúntas tua, sicut in caelo et in terra.

Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie,
et dimitte nobis débita nostra,
sicut et nos dimittímus debitóribus nostris;
et ne nos indúcas in tentationem,
sed libera nos a malo.
Amén.