Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 5 de diciembre de 2013

POR UN VIAJE A LA RIVERA MAYA

La vida, es un continuo peregrinar, más o menos prolongado en el tiempo, en este mundo siempre y cuando no se demuestre lo contrario. La vida, solo puede dárnosla un hombre, de momento irrefutable aunque no se aplique el método tradicional, quitárnosla cualquiera. Así que para qué nos vamos a andar con remilgos renegando de aquellos lugares, situaciones y vivencias por las que la existencia de cada cual ha discurrido y disgustado. Seguro que más de uno echa la vista atrás y maldice obras y milagros cometidos pero que a la hora de la verdad dice o piensa que volver la moviola en retroceso, para volver a cometer los mismos errores o aciertos, mejor la dejamos como está. Apuntemos mejor la próxima vez y si no acertamos, ajo y agua, paisanos.

SER