Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 3 de marzo de 2014

AUNQUE LA MONA SE VISTA DE SEDA......

No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente
silencio avises o amenaces miedo.
 
 
...la fuente se ha secado las azucenas estan marchitas...
 

He de recurrir a gentes ingeniosas, si don Francisco levantara la cabeza me cortaría la mía por llamarle de esta guisa, para mantener vivo el espíritu de este blog ante la sequía teremenda de ideas para exponer en él. Mis entendederas no dan para más, quiero y no puedo se llama a esto. Quiero participar, pero no encuentro temas que me inspiren una entrada digna de tal nombre. Hay una parte de mi vida que me inspiró cientos de entradas mas el resto, sigue en el limbo, presa de la amnesia obligadamente sufrida.

Creer que un relato pueda interesar a alguien -excepto a uno mismo- es pisar un terreno resbaladizo y casi de arenas movedizas porque en el puedes acabar ahogado si no eres realista. Miro los concursos de relatos y al final me ocurre como a la zorra: "están verdes". Asumo todos los errores y deficiencias que puede contener cualquier escrito mío, pero cuando leo relatos ganadores de algunos certámenes literarios, se me cae el alma al suelo. Quienes han fallado a su favor, le habrán encontrado méritos que yo no sé apreciar y me doy cuenta de que no puedo competir con mi escritura "naif", a pesar de que yo sigo o quisiera seguir juntando letras aunque sea de manera inconsciente y amorfa.

La poesía magnífica de don Francisco, de Manrique y de tantos preclaros escritores y poetas, hoy no tendría cabida en los cánones que al parecer se estilan. He seguido y tengo enlazado a un bloguero, Tierrafacio, el cual tiene una magia especial para los sonetos. No sé si tendrá predicamento entre sus paisanos y conocidos pero si sé que, de participar en algún acontecimiento de estos literarios, no se comerá un colín. Hoy se estila la prosa como poesía, y el absurdo como novela. Libros tengo por ahí que he sido incapaz de acabar de leer, incluso de escritores consagrados, ¿a qué?. Parece que solo se trata de embarullar un desenlace el cual, llegado el final del libro, lo cuentan en un par de hojas. ¿Y para eso era necesario escribir un libro de mil páginas? Con dos sobraban.

Pasé unos meses en Madrid y mi primer alojamiento fue en casa de un buen amigo que me acogió en su casa. El barrio se llamaba Mirasierra y la calle Moralzarzal. En aquellos años había una urbanización de ricos en la cual una hermana suya tenía dos chalets, tela marinera. Me ha venido a la memoria al leer una convocatoria de un premio literario del Ayto. del mismo nombre en honor de un maestro de la localidad. He buscado como calle y me ha salido su ubicación, lo cual me ha dado que pensar. Al final he descubierto que realmente es un pueblo de la sierra de Madrid. Pues bien, después de interrogarme a mi mismo, he llegado a la conclusión de que calladico estoy muy guapo y  de que para hacer el ridículo, tiempo habrá y pues debe haber individuos más capacitados,  lo harán mejor que yo. De mi frustración, ha salido este post.








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