Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 1 de octubre de 2014

CUCOS

Vaya un dilema: tengo en mente lo que quiero escribir pero no se como hacerlo. Más que nada porque estimo que hay demasiados. En cierta ocasión leí que un veinte por ciento de los hijos nacidos del matrimonio, no son concebidos por el hombre de esos matrimonios. He intentado confirmar el dato por internet pero no me ha sido posible, quizá yo este equivocado respecto al dato que en principio no me creo por exagerado. Repaso mentalmente a la gente que conozco y ese dato falla por irreal. No percibo a nadie que reúna esas condiciones de "hijo de padre desconocido" pero mantenido por otro hombre que no es su padre y lo ignora. Esos hombres que ponen los huevos desinteresadamente en nido ajeno y se desentienden del resultado son sin duda unos cucos espabilados y caraduras. O afortunados pues sin duda muchos no dudaríamos ¿o sí? en hollar altares ajenos y dar rienda suelta a nuestros bajos instintos o altos designios. Dejar el ADN en huerto ajeno para que germine y luego otro lo riegue sin ser consciente del cambiazo, es una gran putada. Sobre todo el acto de la siembra. Ser cabrón, a nadie le gustaría, por muchas veces que te lo hayan llamado.
 
Luego están los otros, que son igual de cabrones. No tienen nada que envidiar a los de dos patas. Porque a ver quien cojones les ha inoculado esa costumbre de poner el huevo en el nido ajeno para que unos inocentes pajarillos críen a su descendencia en tanto ellos una vez puesto el huevo ya no tienen más obligación. No he tenido el placer de ver a ninguno a pesar de oírlos cuquear por el monte en infinidad de ocasiones. Solo a través de algún documental he podido apreciar como el intruso arroja del nido a los verdaderos hijos de los pajarillos. Con el culo poco a poco consigue deshacerse de las crías arrojándolas fuera del nido. Ellos, lo seguirán tomando como suyo hasta que el nido se le queda pequeño y los "padres" enanos.
 
 ¿Cuáles de estos cucos son más repelentes e irresponsables? La naturaleza, en ambos casos, debería asumir su culpabilidad. Si el hombre aprecia que puede echar un polvo cuando no entraba en sus cálculos, difícilmente podrá sustraerse a el si la receptora se empeña en que así sea. Los pájaros cucos, se mueven por el instinto, el ser humano también. Como decía un compañero de curro, "picha dura no cree en dios".




 

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